Fuente: INTERPORC
Pese a todo, las tablillas de cotizaciones del despiece han aguantado mejor que el vivo durante el mes de agosto, gracias básicamente a la menor producción estacional y un moderado repunte de la demanda interior apoyada en las zonas turísticas (en una campaña “nacionalizada”. Poca gente ha abandonado sus países). Hacia final de mes, además, se intuía un nuevo repunte de la demanda para reabastecer las grandes ciudades tras el verano, lo que podría compensar puntualmente la retirada del consumo de turismo. Aún con esto, el mercado europeo de la carne está muy presionado por la abundancia de oferta que deja tras de sí la pérdida de exportación a China, la agresiva competencia entre países para ganar cuota del mercado europeo y las limitaciones de consumo provocadas por la pandemia: ha sido imposible absorber tanta carne en tan poco tiempo. Los mayores problemas se los han llevado los jamones.
En España, las cotizaciones de la carne se han mantenido estables durante buena parte del mes de agosto y los descensos se han centrado en los precios de venta al fabricante. En Francia, en consonancia con su mejor mercado del vivo, la carne incluso ha repuntado ligeramente durante agosto, igual que ha sucedido en Italia. Por contra, la carne ha estado más presionada en Alemania, con descenso en torno al 5%. Sin poder exportar a causa de la PPA en su territorio, la carne de cerdo de este país está mucho más expuesta al mercado europeo como única salida y tampoco puede promediar mejores valores globales gracias a la exportación de subproductos a China (que es lo único que, aunque también a la baja, ha seguido aguantando durante agosto). Fuera de Europa, los precios de la carne han bajado también en EE.UU. (habían subido mucho antes y el consumidor empezaba a mostrar alguna reticencia) y Brasil (el consumo interior se retrae antes los altos precios a que lleva la exportación). En China, el precio medio de la carne ha seguido bajando en paralelo al cerdo vivo, lo que está ayudando a recuperar su consumo interior justo cuando se encara a partir de ahora su temporada alta de consumo. Pero la oferta de carne, sea nacional o sea congelada de importación, es también muy elevada.
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