Fuente: INTERPORC
Entre China y la covid-19
La sobreoferta que hay dentro del mercado intracomunitario a causa del cierre de la exportación alemana por PPA ha presionado de forma constante los precios de la carne a la baja en todos los países. Los mataderos de Alemania han defendido mal que bien sus precios de venta dentro del mercado alemán, pero los excedentes los han ofertado muy baratos en el resto de países, con resultados desiguales ya que cada país defiende el origen nacional de sus productos para no perjudicar su exportación. Italia ha sido la zona más afectada, ya que ha entrado mucha carne alemana en el sur del país (menos dependiente de la exportación), con lo que la demanda interior de la industria de transformación ha bajado y los precios se han desplomado, con fuertes caídas para lomos y pancetas y más moderadas para jamones.
En España, el despiece también ha vivido un mes de correcciones bajistas, aunque su comportamiento ha sido mejor que en el norte de la UE y la entrada de carne alemana ha sido más limitada, además, el mantenimiento de una fuerte exportación a China, para cubrir también el vacío dejado por los alemanes, ha permitido sostener los márgenes de los mataderos exportadores. Pese a ello, China ha seguido presionando a la baja sobre sus precios de compra en España, haciendo valer su papel dominante en el mercado comprador internacional y el aumento estacional de la oferta en los países exportadores. Aún con ello, los resultados siguen siendo mejores para los mataderos homologados para China que para lo que han de lidiar en un mercado interior europeo constantemente presionado por la oferta del norte de la UE y por la reducción de los consumos por las limitaciones que la Covid-19 impone en el sector de la restauración. Otro problema añadido ha sido la pérdida de homologación para China de 3 grandes mataderos de Dinamarca.
Al final, los 2 factores clave de este mes han sido los problemas para exportar de Alemania y Dinamarca, lo que ha dejado más carne en el mercado intracomunitario, y la limitación de la capacidad de matanza en todo el norte de la UE por la Covid-19, lo que ha reducido la producción y, sobre todo, ha forzado a trabajar con canales y piezas grandes en lugar de piezas que requieren más trabajo de deshuesado: ello presiona sobre las primeras, pero permite una mejor defensa de las segundas.