Fuente: INTERPORC
Goteo, pero no hundimiento
El mes de octubre ha seguido marcado por los efectos colaterales de la Peste Porcina Africana (PPA) en Alemania y de los nuevos cierres a la restauración por toda la UE para luchar contra la expansión de la segunda ola de Covid-19. En Alemania, los precios de la carne de cerdo aguantan bien porque su producción está limitada por las medidas Covid-19 en los mataderos y por la constante falta de trabajadores en las cadenas de sacrifico y, sobre todo, de deshuesado. Con menos carne producida, defienden precios en su mercado interior, solapan la pérdida de exportación y es el excedente que les queda, inferior a lo esperado, lo que venden en el resto de la UE a precios muy bajos. Pero su demanda es limitada, ya que el fabricante de los otros Estados Miembros sabe que no podrá exportar esta carne ni los productos producidos con la misma.
En España, los precios de la carne de cerdo se han mantenido más o menos estabilizados, aunque hacia final de mes ha vuelto a haber más presión: los importadores chinos han bajado precios, hay una presión generalizada en el mercado intracomunitario por el nuevo cierre de la restauración y también la materia prima, que es el cerdo, está bajando. En Francia, ligeros retrocesos para lomos y jamones, pero estabilidad también en general, presionado su mercado de forma progresiva por los cierres por la Covid-19. En toda la UE, la pérdida del consumo en restauración penaliza la demanda intracomunitaria, mientras que el comercio minorista empieza a cursar más pedidos esperando que aumente el consumo doméstico, como ya sucedió en marzo y abril. Pero, con tantas incertidumbres sobre la Covid-19, nadie sabe qué tipo de consumos va a haber en las fiestas navideñas y nadie quiere tener stock, con lo que industria y comercio cursan pedidos solo para el día a día. Ello presiona sobre un mercado de la carne fresca que empieza a estar sobre ofertado y hace más dependiente a los europeos de la exportación a Asia, especialmente a China. En China, los precios bajan porque disponen de stocks por la fuerte importación precedente, porque su cabaña se está recuperando y porque siguen teniendo mucha oferta de EE.UU. y Brasil. Los brasileños suben con fuerza sus precios interiores, sabedores de que su moneda depreciada les otorga aún así competitividad.
La segunda ola de Covid-19
La segunda ola de Covid-19 y las duras restricciones a la restauración que se extienden por toda Europa marcan la actualidad del sector porcino, que solo tiene una válvula de escape (y no poca) en la exportación a los mercados asiáticos. Es cierto que las limitaciones en la capacidad de matanza en todo el norte de la UE limitan la producción porcina del momento, lo que ayuda a paliar en parte el cierre de la exportación alemana por PPA, pero de nuevo hay muchas dudas en el ambiente y ello limita la actividad comercial al mínimo indispensable del día a día, sin que nadie quiera tener stocks. El fabricante reduce demanda porque ve que los consumos tradicionales navideños van a ser inferiores este año, mientras que la carne alemana sigue presionando con bajos precios. Pese a ello, su efecto negativo es limitado a los productores de otros países cuya presencia en la exportación es menor. Mientras, China sigue con la recuperación de su cabaña y, aunque seguirá teniendo menos cerdos en 2021 que en 2018, tendrá ya más que en 2020, lo que debería permitirle “racionar” con más calma sus importaciones. Y no hay que olvidar que, a diferencia de la primera ola de la primavera, cuando la oferta de cerdos iba estacionalmente a la baja, en esta segunda ola la oferta va estacionalmente al alza, lo que presiona cada semana sobre el mercado y dibuja interrogantes sobre la entrada en el nuevo año. La renacionalización de las producciones, con la vista puesta en la trazabilidad de la exportación a Asia, mantiene bajo límites la presión de la carne alemana en el resto de la UE, al tiempo que revaloriza la oferta nacional de lechones frente a unos animales de importación todavía muy baratos. De nuevo, el tema sanitario marca el paso de los mercados.