El mes de julio empezó con subidas del cerdo en casi toda la Unión Europea (excepto España y Dinamarca) y ha acabado con una creciente presión de los mataderos para que baje. En España son ya 4 meses largos sin que la cotización se mueva: nunca antes había repetido durante tantas semanas y, además, nunca antes había estado a este nivel récord. Los pesos medios han empezado a caer con amplitud durante este mes, con más rapidez incluso que en anteriores veranos, y, aunque siguen muy por encima de 2022, hay que recordar que ese verano fue de temperaturas muy altas ya desde mayo y sin descanso. Comparando con los pesos del verano de 2021, al final de julio el peso en vivo se iba a ese nivel mientras que el peso en canal estrechaba mucho el diferencial. Al final, esto solo hace que reflejar lo ajustado de la oferta, tanto por las temperaturas estivales como por la sanidad. Todos los mataderos han ido reduciendo actividad (un día completo o algún turno), para adecuarse a esa menor oferta de cerdos y sin incentivos en el mercado de la carne para matar más. Reduciendo matanza, la demanda se ha equilibrado con la oferta en un nivel bajo de actividad y alto de precio. Aún así, ha seguido habiendo importación de cerdos vivos para ser sacrificados en España. En torno al -9% se está manteniendo la matanza de este año respecto al pasado. Pero, progresivamente, algún cerdo más ha ido saliendo al mercado durante julio, básicamente porque los productores necesitan más plazas vacías para acomodar sus producciones propias de lechones. Así, en julio la matanza puede haber rondado un menor descenso respecto a 2022 (en torno al -2%), aunque también es cierto que en el verano de 2022 hubo una importante caída de la matanza por falta de peso. Al final, no cambia nada en el balance entre oferta y demanda del mercado del vivo, pero los mataderos han ido intensificando cada semana su presión, porque la carne no da para más y si se no se mata menos es porque todavía se perdería más. El final de julio acabó con crecientes interrogantes sobre la duración en el tiempo de la actual cotización, aquí y en toda Europa.

En Alemania, el cerdo ha vuelto a subir en julio, apoyado en la escasa oferta y en una modesta mejoría de la demanda interior. Los mataderos han aumentado el volumen de quejas sobre la imposibilidad de trabajar con estos precios del cerdo y, saliendo ya de julio, en la 1ª semana de agosto conseguían forzar la bajada. En Francia, se ha mantenido el pulso alcista hasta el festivo nacional del 14 de Julio; pasado este, los pesos han subido y la cotización ha bajado. Aún así, cierra la media de julio en positivo. En Italia, Polonia, Países Bajos y Bélgica el cerdo también ha subido por la falta de oferta y, en el caso de holandeses y belgas, por una mayor demanda de cerdos vivos por parte de los mataderos alemanes. En Dinamarca, ningún cambio: es la referencia más baja de la UE y busca recuperar como sea competitividad para exportar. Mientras, el lechón ha empezado a bajar en España, más por la misma altura que ha mantenido de forma inédita este verano que porque hubiera sobrantes. Pero son salidas que miran ya al invierno y, en cualquier caso, el nivel sigue siendo alto.

Al otro lado del Atlántico, sube con decisión el cerdo en EE.UU., que casi alcanza el nivel de la cotización danesa. Los pesos medios han bajado cada semana y los precios de la carne han subido de forma espectacular (porque eran muy bajos), con lo que el matadero ha ganado margen y ha redoblado su demanda de cerdos. También en Canadá y Brasil ha seguido subiendo el cerdo en julio, aunque con mayores dudas en el país sudamericano. Donde ha seguido bajando todavía es en China, con una matanza a niveles récord y recuperación de su consumo más lento de lo esperado, aunque a final de mes se estabiliza por fin e incluso empezaba a anotarse ligeras subidas.

Fuente: Interporc

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