Cuando aún queda en torno a diez días o un par de semanas para que se dé por concluida la montanera de este año, los ganaderos del cerdo ibérico han respirado tranquilos puesto que esta última fase de la cría del animal donde se produce el engorde tradicional en la dehesa se ha podido desarrollar bien, después de unas previsiones iniciales nada halagüeñas que hizo temer lo peor tras la escasez de lluvia durante todo el verano y principios del otoño.
Precisamente esta circunstancia provocó que la montanera de este año fuese “algo tardía” y no comenzase hasta el 10 ó 15 de noviembre, que es cuando empezaron a caer las bellotas en las dehesas onubenses. Aún así, según ha indicado el secretario general de COAG-Huelva y responsable del sector del cerdo ibérico a nivel estatal, Enrique Acción Navarro, “ha sido buena porque ha habido mucha bellota y de muy buena calidad, sobre todo de alcornoque, y además está siendo muy sana y con gran calidad y hay mucha más que el año pasado, al contrario de lo que ha pasado con la encina”, subraya el responsable de la organización agraria, que añade que “la montanera es siempre desigual porque va por zonas y depende de las fincas, y porque son árboles ‘veceros’ pero en líneas generales se está desarrollando muy bien”.
Este año la previsión es que sea un poco más corta que en años anteriores, en los que se ha prolongado durante todo el mes de marzo, y se dé por concluida ya en los primeros quince días del mes. “En general ha habido un poco menos de bellota que el año pasado aunque mucha más de alcornoque, por eso la montanera se ácortará un poco y se dará por concluida en unos diez o quince días”.
“Ha habido además abundante hierba porque ha llovido mucho, aunque enero fue un poco más seco, en febrero ha llovido más, y eso ha beneficiado no solo a la alimentación del cochino sino también porque al no estar tan duro el terreno los cerdos no se ‘aspean’ y pueden andar y moverse bien por el campo, lo que también es muy importante”, explica Acción.
En la montanera, un cochino puede llegar a consumir de 6 a 18 kilos de bellotas por día además de unos 2 a 3 kilos aproximados de hierba diarios. El cerdo ibérico suele entrar en la montanera con unos 85 a 115 kilos -nunca más de este último peso- y durante esta fase de su alimentación puede llegar a alcanzar los 160 ó 190 kilos – con un engorde mínimo de no menos de 46 kilos- y no pudiendo estar menos de 60 días con esa forma de alimentación en exclusiva. Esta fase de su alimentación consiste solo en bellotas y hierba. En la Sierra onubense se encuentran tres tipos de árboles utilizados como recurso ganadero en las dehesas. En menor medida, el quejigo, que es el primero en dar su fruto, luego la encina, y por último, el alcornoque, el más tardío.
Explotaciones de porcino ibérico en Huelva
En Huelva se contabilizan, según los datos facilitados desde la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, unas 2.097 explotaciones ganaderas de porcino ibérico ligados al sistema tradicional de explotación extensiva en dehesa con un total de 197.253 animales. En el conjunto de Andalucía, el número de explotaciones se eleva a 6.227 con un total de 662.682 animales, que suman más de un millón de hectáreas.
La mayoría de este tipo de explotaciones en Huelva son de carácter familiar y de un tamaño medio, según los datos que baraja COAG-Huelva, entre 80 y 120 hectáreas y con unos 100 cochinos de media por finca.
Acción destaca el buen estado sanitario de la cabaña de porcino ibérico en las dehesas onubenses “no hay ninguna incidencia, el estado sanitario es muy bueno y no hay ningún problema”.
En cuanto a los precios, sigue la tendencia en su repunte desde 2014. Así, según los datos que maneja el sector del ibérico de COAG, el precio por arroba de cochino (en torno a unos 11’5kilos) es de 31 a 33 euros, si están fuera de la Denominación de Origen Jamón de Huelva, y en torno a 33 a 36 euros, amparados por la DO. “Los precios se están recuperando y este año está un poquito mejor que el año pasado y ha aumentado en torno a 1 euro por arroba”, matiza Acción. Aún así, el responsable de la organización agraria incide en que no es suficiente y que muchas pequeñas explotaciones “siguen en riesgo de desaparecer, han pasado unos años muy malos con la crisis y aún no se han recuperado”.
En este sentido, el responsable de COAG-Huelva explica que en muchas explotaciones para tener asegurada un mínimo de rentabilidad “lo que se está haciendo es la reposición, la industria te lleva los cochinos y lo que te paga es el peso que el animal ha puesto en la montanera, y también se está comprando montanera, es decir, te pagan un precio por cada animal que va a entrar en tu finca, y así el ganadero aunque tiene menor rentabilidad no pierden nada” y advierte que “ esta situación si continúa acabará en una integración hacia la que no debemos tender, y los ganaderos se acabarán convirtiendo en simples trabajadores de esa industria”.
Carga ganadera máxima
Uno de los problemas a los que el sector ha tenido que hacer frente por segundo año consecutivo es un aspecto que incorpora la Norma de Calidad del Ibérico sobre la carga ganadera máxima admisible determinada por la Superficie Arbolada Cubierta del recinto SIGPAC, que entró en vigor en la montanera 2015/2016. Este criterio establece que la cantidad máxima por explotación es de 1’25 cochinos por hectárea, mucho menor que el límite máximo establecido anteriormente que era de 2 cochinos por hectárea.
“Esta situación está provocando que haya disminuido la carga ganadera en las fincas y está habiendo muchas quejas al respecto, porque la montanera es un recurso de la dehesa, y tan importante es que haya bellota como que haya hierba, y si solo tenemos en cuenta la superficie sombreada habrá menos pasto”, explica Acción.
“Es necesario optimizar esta herramienta que mide la Superficie Arbolada Cubierta para que se pueda asemejar de la mejor forma posible a la realidad, con fincas piloto, porque la dehesa supone un beneficio económico muy justo y para que puedan seguir manteniendo su rentabilidad las explotaciones”, agrega el responsable de COAG-Huelva.
Por el momento, el sector del ibérico ha presentado las correspondientes alegaciones a este criterio que incorpora la Norma de Calidad “aunque no se han resuelto muchos de los expedientes porque el periodo de alegaciones en septiembre ha estado muy próximo al inicio de la montanera, pero desde COAG consideramos importante que se revise el SIGPAC y se volverán a presentar las oportunas alegaciones cuando se abra de nuevo el periodo para ello”, subraya Acción.
Norma de Calidad del Ibérico
En cuanto a la aplicación de la Norma de Calidad del Ibérico, que entró en vigor en 2014, el responsable de la organización agraria valora que “el tema de calificar las piezas por colores y por raza ayuda a clarificar la situación y a que los consumidores sepan mejor lo que están comprando, aunque hay que pulir algunas cosas porque aun quedan jamones sin etiquetas de la anterior Norma, pero las entidades de inspección y certificación están haciendo muy bien su trabajo”, y subraya que “creemos además que si sigue así el sector ibérico tiene un buen potencial , pero si volvemos a caer en el todo vale y a intentar modificar las cosas que están dando resultado vamos por mal camino”.
“Hay que aplicar la Norma -añade Acción- y los consumidores tienen que volver a creer en el producto, nosotros defendemos la pureza racial y la montanera pero cada producto tiene su valor económico y cada consumidor puede consumir lo que quiera; el ibérico cien por cien tiene más calidad, cuesta más producirlo y tiene un valor y hay que diferenciar ese producto”.
También advierte que desde COAG “no queremos que se modifique la Norma, se habla actualmente de bajar la edad de sacrificio, del peso de la canal, pero creemos que es demasiado pronto ya que solo llevamos tres años y no se debe modificar hasta ver la incidencia real de la Norma por lo menos en unos años más”, concluye Acción.
Fuente: Agrodiario Huelva