China sigue siendo la asignatura pendiente de las empresas españolas. Las exportaciones de bienes en 2016 crecieron un 13,4% hasta los 5.032 millones de euros, aunque todavía apenas suponen el 2% del total. Las inversiones a China cayeron un 50% el pasado ejercicio hasta los 123 millones de euros.
Las empresas españolas también han sufrido las restricciones del Ejecutivo de XiJinpin al acceso a la inversión extranjera, aunque los expertos siguen considerando que existen buenas oportunidades en un sector como el agroalimentario, protegido por denominaciones de origen. “España tiene mucho que hacer. El cerdo ibérico se podrá importar e incluso podrían ser capaces de crear encinas para alimentarlos, pero no tendrán capacidad para desarrollarlo”, asegura Rubén García-Quismondo, socio director de Quabbala Abogados y Economistas. “China es un país cuya población demanda cada vez más alimentos y habrá oportunidades en vino, jamones, embutidos, gourmet…..Sobre todo en aquellos productos que estén protegidos por una denominación de origen y que no puedan ser replicados”, recalca.
El último informe anual del Ministerio de Agricultura revela la ganancia de peso de China. Las exportaciones agroalimentarias al citado país crecieron un 39% en 2016 hasta los 1.436 millones de euros. Solo EEUU, con 1.830 millones de euros, le supera como vendedor fuera de la UE. Tres productos centran gran parte de las ventas a China:carne de porcino, con 444 millones; despojos de carne (152) y vino (142). China se ha convertido en el segundo mayor comprador de carne de cerdo. 71 empresas españolas vendieron por valor de 619 millones de euros, solo por de tras de Francia, el mayor vendedor con 937,8 millones. Una de las razones que explican ese boom de la carne, en especial de los despojos, tiene que ver con la predilección de los consumidores chinos por los productos de casquería del cerdo (manos, corazón o sesos) y su apuesta por los procedentes de España, ya que suponen cerca de la mitad de las exportaciones.
Fuente: Cinco días