Dimensión y datos económicos
La industria cárnica es el cuarto sector industrial de nuestro país, sólo por detrás de la industria automovilística, la industria del petróleo y combustibles y la producción y distribución de energía eléctrica. Nuestro sector, formado por mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, tiene un tejido industrial constituido por cerca de 3.000 empresas, distribuidas por toda la geografía española, especialmente en zonas rurales. Aunque una parte significativa del sector son pequeñas y medianas empresas, esto no ha impedido el paulatino desarrollo y consolidación de grandes grupos empresariales, algunos de ellos líderes a escala europea. La producción conjunta de todas estas empresas hace que la industria cárnica ocupe con diferencia el primer lugar de toda la industria española de alimentos y bebidas, representando una cifra de negocio de 22.600 millones de euros, el 21,0% de todo el sector alimentario español.
Esta cifra de negocio supone aproximadamente el 2,1% del PIB total español (a precios de mercado), el 13,1% del PIB de la rama industrial y casi el 4% de la facturación total de toda la industria española. El empleo sectorial directo de nuestras empresas, 84.000 trabajadores, representa el 23,5% de la ocupación total de la industria alimentaria española.
Un dato muy relevante es que la industria cárnica exportó el pasado año casi 2,3 millones de toneladas de productos de todo tipo por valor de 5.562 millones de euros a mercados de todo el mundo, con una balanza comercial muy positiva del 494%, un dato que muy pocos sectores económicos relevantes pueden presentar, y que contribuye a paliar el tradicional déficit comercial de nuestro país.
La producción cárnica española
En 2016, la carne de porcino española ha registrado un nuevo hito de producción, al superar por primera vez los 4 millones de toneladas, lo que marca un año más un nivel histórico nunca alcanzado. Con un crecimiento del 5,2% respecto a 2015, el sector porcino consiguió una producción de carne de 4,06 millones de toneladas.
Por su parte, los sectores de vacuno y ovino asentaron la tendencia de recuperación iniciada a partir de 2013 y, así, la producción de carne de vacuno creció un 1,9%, hasta las 637.737 toneladas, y el ovino/caprino creció un 1%, alcanzando 126.341 toneladas.
El mercado español de productos cárnicos
España es uno de los países con una tradición más rica en la elaboración y consumo de los más variados embutidos y jamones. Lo diverso de nuestra producción chacinera, que se extiende a todos los rincones de nuestro país, forma parte de nuestro acervo cultural y gastronómico, y es apreciada dentro y fuera de nuestras fronteras.
Y por supuesto, no hay que olvidar que al canal de alimentación hay que sumar el importantísimo canal de hostelería y restauración, de singular importancia para el consumo de todos los productos cárnicos, pero especialmente para referencias tan emblemáticas como el jamón serrano y el ibérico, así como los embutidos curados y fiambres de todo tipo.
Datos de consumo de carnes y derivados
El año 2016 ha marcado un nuevo hito en el comercio exterior cárnico español, al superar por primera vez, y de forma holgada, los 5.000 millones de euros de exportaciones, a la vez que también traspasaba el listón de los 2 millones de toneladas de carnes y elaborados vendidos en mercados de todo el mundo.
Estos datos espectaculares reflejan que la industria cárnica ha pasado, en poco más que un cuarto de siglo, de no hacer ventas exteriores a convertirse en el primer sector exportador de la industria agroalimentaria española y en una potencia en el mercado mundial de productos cárnicos.
El sector cárnico español exportó el pasado año un total de 2,27 millones de toneladas de carnes y productos elaborados de todo tipo por valor de 5.562 millones de euros a mercados de todo el mundo, lo que representa un crecimiento del 16,7% en volumen y el 14,8% en valor respecto a 2015), con una balanza comercial cada vez más positiva, en este caso del 494%.
Estas cifras globales tan brillantes se basan en buena medida en la trayectoria exterior imparable del sector porcino, ámbito donde España es ya uno de los cuatro primeros exportadores mundiales, junto a Alemania, Estados Unidos y Dinamarca.
En 2016 se exportaron 1.490.036 toneladas de carne de cerdo, por valor de 3.207 millones de euros (otro récord, al superar los 3.000 millones de ventas), lo que representa un 18,8% de crecimiento en volumen y un 18,6% en valor, y también cifras altamente positivas en productos elaborados, 182.566 toneladas (+6,2%) y 1.150 millones de euros (+6,7%).
Además, hay que registrar un año más el espectacular crecimiento en la exportación de despojos, 396.539 toneladas (+21,4%), por valor de 447 millones de euros (+26,3%).
En cuanto al vacuno, el balance de las exportaciones de carne y despojos fue igualmente positivo, ya que se alcanzó la cifra récord de 169.539 toneladas exportadas (+4,0%), asentando el gran avance conseguido en 2015, mientras que en términos de valor se obtuvo la cifra de 610 millones de euros, un 7,1% más que en el año anterior.
La parte más importante de nuestras exportaciones se dirige aún a la Unión Europea, y de este porcentaje, la mayor parte de nuestros productos va a Francia, Alemania, Portugal e Italia. Por ello, el sector tiene dos retos importantes en este terreno: incrementar de forma decidida las ventas exteriores a mercados extracomunitarios, e impulsar las exportaciones de nuestros productos de valor añadido, los que nos diferencian de nuestros competidores en los mercados internacionales, empezando por emblemas de la producción española como los jamones ibéricos y serranos.
En este sentido, hay que destacar que -a falta de cerrar los datos definitivos del año- alrededor de un 44% de las exportaciones totales de carne, despojos y grasas de porcino fueron vendidos en países terceros, con un incremento superior al 50% respecto al ejercicio anterior. China es ya el principal cliente del porcino español, por delante de Francia, Italia y Portugal, y junto a otros grandes mercados asiáticos como Japón o Corea del Sur.
En el caso de la carne de vacuno, el porcentaje de ventas a países terceros no llega al 10%, lo que indica de forma palpable el recorrido y posibilidades que tiene por delante este sector y el del ovino en su camino de internacionalización. Para ello, es imprescindible que se abran para la industria española de estas carnes mercados fundamentales que ahora nos están vedados y en los que ya están vendiendo otros países competidores.
Por esto, el sector pide en esta materia a nuestras autoridades una mayor resolución en la apertura de países y una necesaria unificación de competencias administrativas que haga más competitiva a la industria española y elimine ineficacias en la actividad internacional.