Desde que en 2015, el Seprona se especializó en fraude alimentario y pasó a formar parte de una red de intercambio de información, sus actuaciones han crecido exponencialmente, gracias también a las inspecciones y colaboraciones con los profesionales del servicio de Sanidad.
Productos en mal estado, mal etiquetados o carencia de controles del manual de autocontrol son algunas de las infracciones que detectó el Seprona el pasado año donde destacó la operación “Opson” con la que se descubrió, retiró y destruyó una tonelada de productos ibéricos y lácteos en La Alberca con riesgo para la salud pública.
Se localizaron envases de paté caducados, paletas y loncheados sin etiqueta ni lote, quesos curados en mal estado y productos cárnicos como lomo, solomillo, secreto y pluma congelados y envasados en cajas y depositados en remolques frigoríficos dados de baja de la circulación sin registros de temperaturas que certificaran su sanidad.
“Era una nave preparada y con registro para ciertas operaciones que estaba realizando otras y tenía una mercancía que no reunía las condiciones higiénico sanitarias”, explica el capitán Pedro que destaca, por contra, el cumplimiento del sector del ibérico con la normativa.
“En el sector del ibérico de Salamanca no hay fraude. Ha habido alguna actuación para controlar la trazabilidad del producto ibérico de una pureza y era otra o por un defecto de etiquetado, pero no es alarmante. Aquí se cumple”.
Fuente: La gaceta de Salamanca
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