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La Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (Feporcyl) ha denunciado públicamente la paralización administrativa de 200 expedientes de nuevas granjas porcinas en la región, a pesar de que el 90% de ellos cumple con los requisitos medioambientales y urbanísticos vigentes. Miguel Ángel Ortiz Latorre, presidente de la Federación, criticó que esta situación afecta gravemente el desarrollo del sector y su capacidad de inversión, generando incertidumbre en zonas rurales donde estas explotaciones tienen un papel clave.
Un sector paralizado: 200 proyectos en espera
La situación actual de las granjas porcinas en Castilla y León se debe, según Ortiz, a trabas burocráticas que retrasan la aprobación de nuevos proyectos. Muchos de los expedientes están retenidos por organismos como la Consejería de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), debido, principalmente, a la falta de concesión de agua. Esta parálisis afecta especialmente a provincias como Segovia, Soria, Palencia, León y Salamanca, donde existe un alto potencial para el crecimiento de la actividad porcina.
Ortiz Latorre lamenta que los expedientes puedan tardar entre 2 y 4 años en resolverse, lo que impide la inversión y el desarrollo económico en el medio rural. “Algunos proyectos salen con cuentagotas y, a menudo, es necesario llegar a los tribunales para desbloquear la situación”, denuncia. Esto, a su juicio, impide que un sector con enorme potencial pueda expandirse en un territorio donde existe la capacidad y la necesidad de hacerlo.
Uno de los principales argumentos en contra del desarrollo del sector porcino es la generación de purines, que preocupa a parte de la población. Sin embargo, Ortiz recalca que en Castilla y León existe “mucha tierra para abonar” y que, con un adecuado tratamiento de los purines, se pueden aprovechar como fertilizantes naturales. “Actualmente se importa nitrógeno químico para la agricultura, pero los purines, bien gestionados, pueden cumplir esta función”, señala.
El sector no solo enfrenta retrasos administrativos, sino también los efectos de la nueva Ley de Bienestar Animal, que podría reducir el número de cabezas de ganado en un 20%, mermando así la producción. Según Feporcyl, esta situación compromete la competitividad de Castilla y León en un mercado que aún demanda crecimiento.
Conflicto con la Denominación de Origen Ribera del Duero
La defensa del porcino ha llegado hasta la Ribera del Duero, donde parte del sector bodeguero y el Consejo Regulador han mostrado su rechazo a la proliferación de granjas porcinas en la región, argumentando posibles impactos negativos en la producción vitivinícola. En este contexto, Feporcyl ha defendido la compatibilidad entre ambos sectores, asegurando que muchas bodegas cuentan con granjas y viceversa.
Ortiz Latorre señaló que las críticas provienen de una minoría y acusó a ciertos actores de generar “demagogia” y una cruzada contra el porcino sin fundamento. “La sociedad urbana ve el campo como un espacio idílico, pero es también donde se producen alimentos”, afirmó, insistiendo en que el desarrollo de la ganadería porcina no excluye al resto de sectores rurales.
Ortiz Latorre critica esta postura y asegura que “el sector porcino siempre ha sido inclusivo en el medio rural”. Afirma que viñedos y granjas porcinas han convivido durante décadas sin generar conflictos, e incluso menciona que hay granjeros que también tienen viñedos y bodegas. “Hay bodegas que tienen granjas porcinas y viceversa. Estamos mezclados y no debería haber problema”, insiste.
En particular, Ortiz acusa a la dirección del Consejo Regulador y a líderes bodegueros, como Yolanda García Valduero y Enrique Pascual, de alimentar el conflicto en lugar de buscar soluciones. “El papel de un presidente debe ser reconciliar y mediar, no tomar partido”, sentencia.
La importancia del porcino en Castilla y León
El sector porcino es una pieza clave en la economía rural de Castilla y León. Con 4.389 granjas en funcionamiento (el 9% del total nacional), aporta 1.300 millones de euros en valor de producción y genera 8.800 empleos directos en granjas, a los que se suman 11.000 puestos en industrias cárnicas, con una facturación total de 2.700 millones de euros.
Además, más del 50% de estas explotaciones se encuentran en municipios con menos de 5.000 habitantes, convirtiéndose en un motor económico y social en zonas rurales. Comparado con el sector vitivinícola, que también tiene gran peso en la región, el porcino genera una economía mucho mayor, con un 6% del PIB regional frente al 3% del vino.
Crecimiento sostenible y apuesta por la sostenibilidad
Ortiz Latorre defendió que España lidera a nivel mundial la sostenibilidad en producción porcina, con avances significativos en reducción de gases de efecto invernadero, huella hídrica y emisiones de amoniaco. Aseguró que las granjas modernas en Castilla y León cumplen estándares ambientales que no tienen países como China, EE.UU. o Sudamérica.
Asimismo, negó que los purines generados por las explotaciones sean un problema, subrayando que con una gestión adecuada, estos residuos pueden utilizarse como abono orgánico, reduciendo la necesidad de importar nitrógeno químico para los cultivos locales.
Retos políticos y sociales
La problemática también ha generado respuestas en el ámbito político. El PSOE ha propuesto una moratoria para evitar nuevas instalaciones de granjas porcinas, mientras que Vox ha planteado que estas no afecten negativamente al viñedo. Ortiz critica ambas posturas, acusando al PSOE de buscar votos “en las alcantarillas” y pidiendo a Vox que continúe el diálogo con el sector para llegar a soluciones consensuadas.
A nivel social, Ortiz atribuye parte del rechazo al sector porcino a una visión idílica y urbana del campo. “La sociedad urbana ve el campo como un lugar de paseo, pero también es un espacio productivo donde se generan alimentos”, sostiene. Según él, las manifestaciones en contra de las granjas suelen producirse en momentos de mayor afluencia de visitantes, como puentes o Semana Santa, lo que distorsiona la realidad de los pueblos.
Un futuro prometedor con retos por resolver
Desde Feporcyl sostienen que existe margen para un crecimiento del 30-40% en el sector, siempre y cuando se dé viabilidad a los 190 expedientes pendientes que cumplen con los requisitos legales. Este crecimiento, aseguran, es compatible con el desarrollo de otros sectores como el vitivinícola, y permitiría crear más empleo y fijar población en zonas rurales.
El presidente de Feporcyl concluyó solicitando a las autoridades que resuelvan la situación administrativa para desbloquear los proyectos en espera y permitan que Castilla y León continúe siendo un referente nacional e internacional en producción porcina sostenible.
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