El problema actual de sanidad animal en Italia corre el riesgo de causar daños irreparables al tejido productivo y económico vinculado al sector porcino del país, en particular para la producción de jamones con DOP e IGP que desde Parma hasta Norcia representan el buque insignia del “Made in Italy”. La profunda preocupación por la aparición de la Peste Porcina Africana (PPA) podría tener un impacto devastador en un sector estratégico nacional, socavando años de trabajo dedicado a la calidad de la producción, la seguridad del consumidor y el bienestar animal.

Las autoridades competentes de Japón y Taiwán ya ordenaron el bloqueo de las importaciones de carne de cerdo italiana y se teme una mayor hostilidad comercial. Actualmente, la exportación de jamones y embutidos se sitúa en 2021 en 1.700 millones de euros (+12,2% respecto a 2020). Los principales tipos de productos exportados son jamones curados y deshuesados, speck, coppa y culatelli. A pesar de la gran preocupación, las autoridades italianas reiteran que las medidas de bioseguridad de las granjas italianas tienen estándares muy altos, que se reforzarán aún más en las próximas semanas para proteger las explotaciones, en riesgo de colapso en la lamentable hipótesis de mayor número de brotes.

Aunque actualmente no hay ningún caso en la población porcina, las agrupaciones ganaderas italianas piden a las instituciones mantener un alto nivel de alerta y lamenta el mal manejo del problema de la fauna salvaje por parte de los organismos competentes. Desde hace años las agrupaciones luchan por obtener una política de contención eficaz para los jabalíes, que dañan gravemente los cultivos, y pide intervenciones específicas para defenderse de la proliferación de jabalíes, principal vector de transmisión de la PPA. Los números hablan por sí solos en los últimos 4 años: 2 millones de jabalíes, más de 200 millones de euros en daños a la agricultura y 469 accidentes con personas, incluidas víctimas mortales. “Il Paese che Vogliamo” es un proyecto lanzado por las agrupaciones como propuesta de reforma urgente de la Ley 157/92 para abordar seriamente el problema de los jabalíes en Italia. La reforma se apoya en algunos puntos clave: sustituir el concepto de “protección” por el de “correcta gestión”, hablando finalmente de “cargas sostenibles” de especies animales en los distintos territorios; no delegar en la caza recreativa las acciones de control de la fauna, prever la posibilidad de dotación de personal auxiliar; fortalecer la autoprotección de los agricultores y garantizar la reparación integral de los daños sufridos.

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