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Impacto de la caudofagia y descolmille en el bienestar animal en porcinos de engorde

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En la actualidad, los sistemas de producción porcina tecnificados incluyen varias prácticas de manejo dolorosas, que son realizadas desde tempranas edades y pueden repercutir a lo largo de la vida productiva de los cerdos. Muchas de estas tienen un impacto negativo en los elementos que forman parte del bienestar animal, aun cuando se justifican desde el punto de vista productivo. De acuerdo con lo anterior, son muchos los casos que se presentan a nivel de granja para este particular; se plantea el caso de cerdos de engorde que tienen serios problemas, dado a que varios de ellos evidencian lesiones de cola, hocico y dientes, encontrándose puntos críticos en las diferentes etapas productivas. Conforme a este caso, con la presente reflexión realizaron un análisis de las posibles causas que han generado estos problemas y con base en ello proponer soluciones que incluyan elementos que mitiguen el impacto negativo que han generado en el bienestar animal de dicha granja. Por tal motivo, en este documento se parte del siguiente cuestionamiento base: ¿las prácticas de manejo como el descole y el descolmille inadecuados y la falta de un ambiente apropiado en el sistema están generando los problemas de caudofagia y lesiones en dientes y colmillos de cerdos en etapa de engorde?.

CAUDOFAGIA

Según lo definen algunos investigadores, es un comportamiento anómalo del cerdo que se manifiesta con la mordedura de colas de unos cerdos a otros, cuya etiología es multifactorial y los mecanismos etológicos son desconocidos. En este sentido, ciertos autores afirman que este comportamiento se da como consecuencia de la falta de adaptación del cerdo al medio, la cual se puede agudizar por diversos factores que de forma aislada no generan un impacto significativo, pero en conjunto y por efecto acumulativo pueden desencadenarlo.

De acuerdo con lo anterior, se preguntan, ¿cual es el detonante de este problema?, a este respecto, otros autores plantean que esta es una conducta redirigida; por tanto, puede entenderse como un comportamiento normal, que se hace anormal cuando el objeto hacia el que va dirigido es diferente al natural. De otra parte, y al considerar los otros factores que contribuyen a la presentación de este problema, se encuentra el medio ambiente físico en el cual se reporta el tipo de piso usado (emparrillados con mayor frecuencia, con respecto al mixto), los ambientes monótonos escasos de juguetes y el incremento de la densidad. Asimismo, el medio ambiente climático influye especialmente cuando existen variaciones extremas de temperatura, exceso de polvo, presencia de gases tóxicos (amoniaco), ventilación excesiva o iluminación intensa. De otro lado, la alimentación hace su parte cuando existe restricción, dotación insuficiente de comederos, desequilibrios nutricionales, sobre todo por hierro, y forma de presentación. Finalmente, el estatus sanitario y factores predisponentes como la genética, el sexo, la edad, el peso e incluso la longitud de la cola.

¿Cómo investigar el caso?

Para estudiar el caso, es preciso realizar el diagnóstico poblacional y luego proceder al ámbito individual. Por tanto, es conveniente diseñar una lista de chequeos en la cual se consideren los factores de riesgo que dan lugar a este problema, y a través de la observación y monitoreo de estos en cada una de las etapas, detectar las causas que son más frecuentes. Al relacionar este aspecto con la pregunta que da lugar al presente estudio, es preciso hacer énfasis en el ambiente que tiene el sistema, tal como el tipo de piso, si tiene juguetes apropiados (masticables), y el tipo de prácticas de manejo, para lo cual sería conveniente que además de la lista de chequeo de factores de riesgo, se lleve el registro de acciones de ambiente y manejo.

¿Qué tipo de evaluaciones de bienestar se pueden hacer?

Ante esta clase de problemas, que son de naturaleza multifactorial, es preciso considerar evaluaciones en el mismo sentido. Por tanto, puede pensarse inicialmente en la cuantificación de cerdos que presentan el problema de comportamiento, en este caso caudofagia. En este sentido, algunos autores sugieren la observación de las 2 etapas que tiene esta dificultad, lo cual, de acuerdo con otro autor, denomina a la etapa inicial o precursora como “cola en la boca”, que es la 1ª luz de alerta para evaluar. En cuanto a valoraciones fisiológicas, pudiera pensarse en la medición de frecuencia cardiaca y niveles de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), sin embargo, es preciso tener en cuenta que este comportamiento ya es indicador de estrés.

¿Qué herramienta especial se debe utilizar para hacer la evaluación?

Para el caso de las evaluaciones de comportamiento, se aplica la técnica de la observación, y como herramienta, las listas de chequeo de factores y el registro de actividades. De otra parte, se puede hacer uso de herramientas un poco más avanzadas, tal como la que reportan ciertos autores, que desarrollaron un modelo informático denominado pigtail en el que se recogen los factores que influyen en la caudofagia y calculan el riesgo de presentación en una escala entre 1 y 10, en función de cada una de las variables y su coeficiente de ponderación, lo cual da luces al respecto.

¿Qué recomendaciones le debe dar al productor?

Al tener en cuenta la revisión realizada de diversos autores, la experiencia en el área y la normativa existente, las recomendaciones que se proporcionan van en función de discriminar y mitigar las causas más frecuentes que se detecten. Por tanto, es importante guardar un equilibrio y hacer monitoreo a los factores de macro y microambiente, enfatizando en el enriquecimiento de este último a través de la adición de paja y objetos que estimulen el comportamiento exploratorio (hozar, morder, olfatear, lamer, entre otros), para así reducir la conducta exploratoria redirigida hacia los específicos del corral. En este mismo sentido, es preciso considerar que los objetos para usar sean pertinentes con la historia natural del cerdo, es decir, que sean digeribles y masticables. Asimismo, no olvidar el manejo de las densidades y, sobre todo, revisar las de dietas, de manera que permanezcan equilibradas en todos sus nutrientes, y aislar los cerdos que presenten cola con lesiones sangrantes.

Para finalizar, el corte de cola en las primeras etapas de vida es una práctica preventiva popularmente realizada para mitigar este problema. Al revisar la normativa, que en este sentido es preciso tener en cuenta, debe ejecutarse únicamente cuando haya pruebas de lesiones producidas en las colas de otros cerdos. Antes de su ejecución, se deben tener en cuenta todas las medidas anteriormente mencionadas. En este caso, debe hacerse durante los primeros 6 días de vida. Es recomendable el uso de las tijeras o con un corta cola eléctrico o de gas.

LESIONES EN DIENTES Y HOCICO

Al observar la figura 2, se evidencia lesión de dientes y encía, y en mínimo grado facial. El tipo de lesión supone una serie de causas que pueden relacionarse con esterotipias, como la que se refleja con las mordeduras de barrotes de jaulas ante las situaciones de estrés. Sin embargo, este tipo de comportamiento es más evidente en cerdas enjauladas. De otra parte, este tipo de lesión está mayormente relacionado con una práctica inadecuada de descolmille o corte de puntas que normalmente se hace en lechones.

Es de tener en cuenta que los lechones nacen con dientes tan agudos, que algunos autores los han denominado “dientes de aguja”, que constituyen su herramienta para utilizar en la competencia por el acceso a los pezones. Por tanto, los productores acortan estos dientes al nivel de la línea de las encías un poco después del nacimiento, con el fin de evitar laceraciones faciales resultantes; sin embargo, esta práctica puede llevar a una lesión o infección.

¿Cómo investigar el caso?

Para investigar el caso, se procede desde 2 perspectivas: una poblacional y otra particular. Lo que se pretende con ello es identificar el causal común en aras de verificar si se da por lote y se puede asociar a problemas de manejo inadecuado de la práctica en mención. Paralelo a ello, es preciso realizar la evaluación particular mediante la cual se hace el descolmille y hacer el seguimiento a través de las diferentes etapas productivas y de la observación directa de las lesiones, buscando discriminar el grado de antigüedad de estas.

¿Qué tipo de evaluaciones de bienestar se pueden hacer?

En este caso, la evaluación de bienestar que se hace es de comportamiento, no sólo en los animales en animales adultos, sino también desde el mismo momento en que se realice el descolmille. De tal manera que, al hacer el procedimiento, se observe vocalización, ausencia de miedo y sacudida de cabeza. Desde el punto de vista fisiológico, es preciso tener en cuenta la frecuencia cardíaca y los niveles de lactato, cortisol y ACTH.

¿Qué herramienta especial se debe utilizar para hacer la evaluación?

Como en el caso anterior, la técnica que se debe utilizar es la observación, y la herramienta, el registro de la práctica de manejo sustentada en los indicadores que anteriormente se mencionó. A ello se le adicionan indicadores de orden clínico, como grado de lesión, grado de astillamiento del diente, distancia de la línea de la encía, exposición de pulpa e infección.

¿Qué recomendaciones le deben dar al productor?

Las recomendaciones para el productor van en función de ajustarse a las orientaciones que da la normativa y al seguimiento que debe realizarse a la práctica del descolmille. Por tal motivo, esta práctica de manejo únicamente debe hacerse cuando se evidencie que los lechones sin descolmillar generen lesiones en los pezones de las cerdas y en las orejas y cola de los otros lechones.

En el caso de que se incrementen las lesiones en cerdas y lechones por este concepto, se debe tener en cuenta que un corte inadecuado podría dar lugar a un astillamiento del diente, puntas cortantes, destrucción de parte de la pulpa dental y lesión de las encías, lo que redunda en dolor y en una vía de entrada abierta a las infecciones. Por ello, la normativa busca que la superficie dental quede lisa, para lo cual debe realizarse la reducción uniforme de las puntas de los dientes a través del pulido o sección parcial. De acuerdo con estudios, se recomienda realizar este procedimiento antes de los 7 días de vida, preferiblemente a las 6 horas de vida y tras haber consumido calostro. Debe realizarse sobre la base de la higiene y los medios adecuados, como la tenaza corta colmillos o la pulidora eléctrica.

CONCLUSIÓN

Es evidente que el caso sujeto de esta reflexión obedece a las prácticas de manejo que tradicionalmente se llevan a cabo en este tipo de sistemas de producción, para lo cual hay múltiple literatura que lo sustenta. Sin embargo, desde la perspectiva del bienestar animal y los estudios existentes en función de esta, invitan a reflexionar sobre la búsqueda de alternativas que permitan generar un equilibrio entre los aspectos productivos y el bienestar de los cerdos. Asimismo, los estudios orientan hacia la necesidad de recurrir a técnicas y herramientas para realizar el debido seguimiento y generar los indicadores que permiten dar un valor real y evidente frente a este tema, con lo cual se puede avanzar a fin de lograr dicho equilibrio a la luz de la normativa existente.

Autora
Lourdes Elvira Rodríguez-Guzmán. 1Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Cooperativa de Colombia.

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