Los desequilibrios meteorológicos están matando los alcornoques y encinas alentejanas. Según el presidente de la Liga para la Protección de la Naturaleza (LPN), Eugenio Sequeira, especialista en erosión de los suelos, la dehesa es una barrera natural contra la desertificación, es decir, el avance del desierto, pero con el cambio de la intensidad de lluvias, las enfermedades se han apoderado de los árboles. Por eso, se creó la “Iniciativa Pro-Montado Alentejo”, que pretende sensibilizar al Gobierno sobre la necesidad de una mayor atención y ajustes en las políticas, con medidas y acciones rápidas para salvaguardarlo.
Esta iniciativa incluye varias Cámara Municipales, organizaciones no gubernamentales, profesores e investigadores, propietarios y asociaciones de productores.
“Lo que está pasando en el Alentejo, no fue sólo la disminución de la lluvia, sino la alteración del régimen, el cambio de las lluvias, aumentando la intensidad de la lluvia instantánea y disminuyendo la lluvia total. Esto está causando el debilitamiento de los árboles, y esos árboles están muriendo cada vez con mayor velocidad”, afirma el presidente de la LPN, Eugenio Sequeira.
Parte de los problemas involucra la enfermedad Phytophthora cinnamomi, que “acaba por afectar el árbol y el árbol muere. Desde 1990, han aumentado el número de muertes de alcornoques, algo preocupante, porque el alcornoque es una forma de detener el avance del desierto, y está fuertemente afectado por las variaciones climáticas”.
“El alcornoque y la encina tienen una capacidad para ir a buscar agua muy profunda, pero es necesario que el agua llegue allí. Para eso, es necesario que el suelo sea fértil, que el suelo tenga materia orgánica, hay que aumentar la materia orgánica con ayuda de la tecnología. Además, también es necesario que el pastoreo, sea un pastoreo mejorado y que haya un manejo del ganado compatible. Todo eso no está siendo hecho, y para ser hecho implica dinero”.
Pero, en los fondos previstos de los diversos programas estatales de incentivo al desarrollo agrónomo y agrario, o del ambiente, no están contempladas estas medidas.
Por eso, el Ing. Eugenio Sequeira, reitera que “es necesario que haya medidas” y “estudios” para que se “debata en qué medida el agua del Alentejo mantiene la misma calidad que tenía antes y en qué medida se están utilizando las nuevas tecnologías para guardar esa agua y apoyar a los productores de corcho para mejorar todo esto, resistir y adaptarse a las futuras condiciones climáticas “.