El sector porcino español alcanzó un nuevo récord en 2021 con una facturación de 18.500 millones de euros, según los datos ofrecidos en el día de ayer por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc).
Ésta facturación del porcino supone el 62% del total de la industria cárnica española y el 18% de la facturación total de la industria alimentaria.
El 41,2% de lo facturado correspondió a exportaciones, las cuales alcanzaron 7.718,5 millones de euros, un aumento del 1,2% respecto a 2020, con un volumen de 3,1 millones de toneladas (+4,3%), cifras que han hecho consolidar al sector como líder en ventas agroalimentarias al extranjero.
España se convirtió en 2021 en el 2º mayor exportador mundial de productos del cerdo, por detrás de EE.UU. Los principales destinos fueron China (1,2 millones de toneladas), Francia (300.000tn), Italia (176.000tn), Filipinas (157.000tn), Japón (143.000tn), Corea del Sur (121.000tn) y Portugal (110.000tn).
PRODUCCIÓN
La producción total de carne de cerdo varió ligeramente al alza, hasta situarse en 5,19 millones de toneladas (960.000tn de productos elaborados), mientras que el consumo en los hogares españoles volvió a cifras previas a la pandemia, y rondó los 21kg per cápita, un 37% por debajo de la medida europea, “lo que es reflejo de una alimentación cada vez más equilibrada dentro del marco de la dieta mediterránea”.
El director de Interporc, Alberto Herranz, afirmó que los “los datos de 2021 demuestran que el sector sigue superando barreras que no hace mucho parecían infranqueables. Ya somos 1º productor europeo y el 2º exportador mundial. Y eso repercute de forma directa en la economía y empleo de la España vaciada, ya que buena parte de nuestra actividad se lleva a cabo en las zonas rurales”.
El número de industrias de porcino implantadas en el medio rural se ha incrementado en un 13,4% en la última década, y el empleo industrial en porcino lo habría hecho en un 10,8% en estos pequeños pueblos, “lo que se traduce en familias que permanecen en sus pueblos, dándoles vida y esperanzas de futuro”.
Herranz subrayó que “la creciente apuesta de las empresas porcinas por la sostenibilidad, está llevando a una reducción constante de su huella hidrológica y de sus emisiones de GEIs, que han disminuido un 40% por kg de carne producido en los últimos 15 años, a la vez que somos ejemplo de economía circular gracias a proyectos de conversión de los purines en abonos o energía en plantas de biogás o cogeneración”.