La mayoría de los Estados Miembros de la Unión Europea apoyan las medidas que Bruselas estudia aplicar, incluidas las ayudas al almacenamiento privado de la carne de cerdo o la activación de la reserva de crisis, para paliar el impacto de la guerra en Ucrania sobre el sector agroalimentario europeo.

El asunto se trató este lunes en una reunión del comité especial de Agricultura, un organismo técnico del Consejo. En ella, la Comisión anunció una serie de posibles medidas para contrarrestar la crisis ligada a la invasión de Ucrania, como las ayudas al almacenamiento privado para la carne de cerdo y el uso de la reserva de crisis, así como la próxima publicación de un informe sobre seguridad alimentaria.

Las delegaciones, con “algunas excepciones”, respaldaron ampliamente el conjunto de las medidas anunciadas por el Ejecutivo comunitario y se mostraron de acuerdo con la idea de Francia, país que preside el Consejo de la UE hasta finales de junio, de utilizar tierras reservadas para producir proteaginosas.

Bruselas quiere que se pueda poner en marcha el almacenamiento privado lo antes posible.

Por otra parte, en la reunión algunos países “expresaron dudas sobre la posibilidad de lograr los objetivos del Pacto Verde, ya que podrían menoscabar aún más la capacidad de la UE para producir alimentos”.

Hubo además un llamamiento a la UE a reducir su dependencia con respecto a ciertos productos de algunos países, algo que pidió entre otros España, que insistió en la necesidad de reducir la dependencia de los piensos alimentarios.

A principios de mes, el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, confirmó que estudia la posibilidad de aplicar medidas excepcionales de intervención en los mercados para hacer frente a los efectos en el sector agrario de la invasión rusa de Ucrania.

En particular mencionó el almacenamiento privado, que implica la concesión de ayudas europeas para retirar producto del mercado de forma transitoria para recuperar los precios, con el objetivo de que al reducir la oferta los importes mejoren.

España ha pedido a la CE que adopte medidas urgentes que aseguren el abastecimiento en el mercado europeo de los productos más afectados por la guerra en Ucrania, en especial, cereales y oleaginosas. Al país le preocupan no solo los precios, sino también la disponibilidad de las materias primas.

Las patronales de cereales y piensos exigen medidas “ya”

Los precios mayoristas de los cereales se incrementaron hasta un 27 % durante la primera semana posterior al inicio de la invasión rusa de Ucrania, pero en los mercados internacionales siguen ascendiendo a cifras récord.

El trigo blando se ha encarecido un 22,50% en lo que va de mes, el maíz un 25,24%, la cebada un 23,59% y la cebada de malta un 27,24%, según cotizaciones remitidas este lunes por la patronal de comerciantes de cereales Accoe, correspondientes a la semana laboral acabada el 5 de marzo. Aunque estas cotizaciones quedarán en breve obsoletas, previsiblemente porque este lunes se han registrado nuevos récords en mercados de referencia como el de París, donde superan los 400-450€/tn , según fuentes del sector.

Durante los últimos 7 días ha habido escasa actividad en las lonjas españolas porque los vendedores (agricultores) y compradores no se atrevían a operar ante la incertidumbre como consecuencia de la guerra en Ucrania.

El secretario general de Accoe, José Manuel Álvarez, ha insistido en el llamamiento de los últimos días para que las autoridades y el Gobierno “den ya” una señal a los mercados que frene esta tendencia al alza que amenaza la rentabilidad de la agricultura y la ganadería.

España es un país deficitario en cereales y compra a Ucrania cerca de un 30% de sus importaciones de maíz y el 60% de las de girasol.

Álvarez declaró que la escalada de precios de materias primas está amenazando la rentabilidad del sector agrario y que en algunas zonas del país ya hay ganaderos que tienen problemas de liquidez por el coste de los piensos. El responsable de Accoe ha subrayado que la evolución es vertiginosa y que la situación es “insostenible”, especialmente para segmentos productivos como el de la ganadería.

Por otro lado, la patronal de cereales ha solicitado que se permita la entrada de transgénicos de EE.UU., potencia líder en el comercio de maíz, con el fin de garantizar el suministro en el mercado comunitario.

Respecto al abastecimiento, los comerciantes de cereales consideran que de momento hay existencias suficientes y que si no mejora la situación, la incógnita surge sobre si podrá garantizarse el “enlace de campaña”, es decir la oferta de grano entre 2 temporadas, durante la época entre mayo y junio.

Por su parte, el director de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para animales, Jorge de Saja, ha advertido del escenario temporal muy corto, ya que “si no se toman medidas con prontitud, habría que plantear sacrificios de animales a corto plazo”.

También mostró su “creciente preocupación” por la situación con un mercado ucraniano que se da por perdido durante meses, pues aunque acabara la guerra, toda la cadena de suministro está “desarbolada”, ya que no hay trabajadores, no hay camiones, ni combustible, los puertos han sufrido daños militares y la bocana principal del puerto de Odesa hay un barco hundido en la salida y todo el mundo se ha retirado del Mar Negro, ha explicado. “A día de hoy Ucrania, como mercado, ha muerto y además en la época del año en la que somos más dependientes”.

Aunque ha reconocido que desde el Gobierno se ha atendido y trasladado a la Unión Europea las peticiones del sector para poder importar cereales de otros mercados, esperar para tomar decisiones a los “trámites burocráticos” y al próximo consejo de ministros de Agricultura del 21 de marzo, supondría esperar a mediados de abril, y para entonces ya no quedarían cereales suficientes para alimentar a la cabaña ganadera. Entonces, ha vaticinado, la situación sería de un escenario “realmente preocupante y catastrófica”, de interrupción de suministros y adelanto de sacrificio de animales.

Por eso ha “implorado” a la administración, al Gobierno, que haga “lo que técnicamente puede hacer”, para que España, unilateralmente, autorice de manera excepcional la importación de materias primas de Argentina, EE.UU. y Canadá porque “si no, otros países lo van a hacer”.

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