El gobierno chino está aplicando estrictas medidas medioambientales, lo que está teniendo efecto en la producción de cerdos.

En 2016, el Ministerio chino de Agricultura anunció el 13º Plan para la Agricultura, de cinco años de duración.

Uno de los pilares del plan era mejorar la protección medioambiental, para lo que se obligaba que las explotaciones de cerdos tenían que alejarse de los núcleos muy poblados y de las zonas con agua para evitar la polución de las mismas.

Las explotaciones se han movido del sur y este del país hacia el norte y el oeste.

También se ha promovido que las pequeñas y medianas explotaciones se consolidaran en explotaciones de mayor tamaño con el fin de que tuvieran acceso a la financiación para realizar inversiones medioambientales.

Asimismo, ha habido un movimiento de explotaciones hacia el noreste de China donde está la zona productora de cereales, con el fin de reducir los costes de transporte de la alimentación animal.

La aplicación de estas normas hace preveer que en 2017 el censo porcino se haya reducido en 3,6 millones de cabezas.

En algunas zonas bien desarrolladas económicamente, como Zhejiang y Jiangsu, el censo porcino ya se ha reducido a la mitad.

En 2017, el censo de reproductoras podría reducirse en un 12% hasta los 38 millones de cabezas, de acuerdo con las estimaciones del USDA.

Esta reducción conllevaría una menor producción de carne, que bajaría hasta los 50,9 Mt, lo que supone un 4% menos que en el año anterior.

En 2017 se prevé el sacrificio de 657 millones de cabezas.

Las importaciones seguirán creciendo en 2017 hasta los 2,4 Mt, pero a pesar del aumento no se conseguirá el equilibrio de mercado, por lo que los precios domésticos continuarán creciendo, provocando un descenso en el consumo de 2,6 Mt hasta los 52 Mt.

Fuente: Agro digital

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