“La producción porcina en la comarca del Deza y en Galicia en general es relativamente pequeña teniendo en cuenta el porcentaje con el resto de España, que es concentrados en Cataluña, Murcia y Aragón, y cuáles serán los que más sufrirán. El problema es que están cerrando algunos grandes mataderos, esto provocará el cierre automático de granjas en la región y en toda Galicia. No sabemos si estos mataderos sobrevivirán, si tendrán liquidez o si cerrarán. Es una incertidumbre constante y la situación es muy complicada”, es lo que opina el presidente de la Federación Galega de Porcino (Fegapor) y ADS de Silleda tras conocer el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de una importante industria cárnica do Deza. Pablo Meijomín calcula un plazo de 24 meses para que las granjas resientan estos cierres, recuerda que “si se cae un matadero grande, muchas granjas cierran detrás porque son mataderos que están pagando 90 días en muchos casos. El coste de facturación a 90 días no se asume de golpe.”
El presidente de Fegapor también alude al valor del producto diciendo que “actualmente en Europa los precios son muy altos y hay muy pocos cerdos para matar. Entonces los mataderos lo están pasando mal, uno porque los precios son altos y tienen que tener más liquidez para hacer frente a los pagos (los pagan las grandes superficies a 90 o 120 días). Por otro lado, como no hay cerdos, tienen que reducir los días de sacrificio porque tienen personal contratado y en lugar de matar durante 5 días a la semana, están matando 4 y en algunos casos 3 días como máximo”. Sin embargo, tiene claro que “el mayor problema de las explotaciones es la inseguridad en los pagos. Estamos viendo que los mataderos se van a caer y si caen los mataderos faltan los pagos atrasados y los ganaderos ahora mismo están en una incertidumbre tremenda. Aunque se está ganando dinero, porque el precio del cerdo está alto, el problema es que no nos van a pagar. Qué más da que tengamos un gran margen si en muchos casos nos pagan a los 90 días de la producción. Es una barbaridad porque para una empresa media puede suponer 500 o 600.000€ y el cierre de muchas explotaciones porcinas”.
Para el productor de Sill, “esto se veía venir. El precio de la carne de cerdo no va a bajar significativamente durante al menos un año porque no hay cerdos en el mercado y no los habrá. Toda la infraestructura que se ha creado para matar a estos cerdos sufrirá mucho y retrocederá en lo que es la cadena”.
Finalmente, el sombrío panorama continental no invita al optimismo desde el punto de vista de los productores de la comarca de Deza. En este sentido, Pablo Meijomín destaca que “el problema es que muchas granjas han cerrado por toda Europa y siguen cerrando, sobre todo en países como Holanda, Alemania o Bélgica. Son grandes productores y sus gobiernos les pagan para cerrar las granjas”. Por ello, según el presidente de la ADS de Silleda, “es evidente que en los próximos años faltarán muchos cerdos por este incentivo a los cierres. Evidentemente, los grandes mataderos lo van a pasar muy mal porque tenían una previsión de sacrificios y contrataron personal que no va a poder hacer frente a esta situación. Hay mataderos como en Binéfar (Huesca), que han sido remodelados en los últimos años, o en Calamocha, que lo están pasando mal porque no tienen cerdos. Son mataderos que matan entre 4.000-5.000 cerdos o más cada día”.
La UE se compromete a reducir la ganadería
Meijomín asegura que “la hoja de ruta de la Unión Europea es que la ganadería en general se reduzca significativamente en los próximos años. Si se reduce el ganado, todos los eslabones de la cadena sufrirán y el precio aumentará. Vamos a pasar de ser exportadores competitivos con costes de producción muy bajos a ser importadores de carne porque nos vamos a quedar sin carne en la UE”. En este sentido, recuerda que “antes se exportaba mucho a China, pero eso se va a recortar. En los próximos años dejará de exportar para abastecer los mercados nacionales y europeos porque no habrá suficientes cerdos en Europa. El número de granjas en países como Bélgica, los Países Bajos y Alemania está disminuyendo”.
Ningún lechón para importar
“En España no se está reduciendo el número de explotaciones. Lo que pasa es que aquí somos muy exigentes con los lechones que vienen del centro de Europa”, explica Meijomín. Añade que “aquí no se producen suficientes lechones para abastecer los cebaderos que hay, sobre todo en Galicia. Si las granjas de Europa central cierran, no habrá lechones para importar. Se vienen un par de años muy complicados para la ganadería en general. Sufrirán muchos las infraestructuras realizadas a base de créditos y subsidios”.