INTRODUCCIÓN
En este artículo vamos a realizar una reflexión sobre los problemas actuales de la dehesa en Extremadura, y una perspectiva del futuro, a través de un análisis DAFO; además contaremos desde el Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), algunas de las acciones que llevamos a cabo en este centro para solventar los problemas de la dehesa, concretamente hablaremos de la lucha contra la culebra del corcho.
ANÁLISIS DAFO SOBRE LA DEHESA
Debilidades
- Masas envejecidas: Del análisis de los muestreos realizados en el Plan de Calas de IPROCOR, donde se han tomado datos de más de 50.000 alcornoques en Extremadura, podemos deducir que nuestras dehesas de alcornoque están envejecidas. Si estimamos que un alcornoque viene a vivir un promedio de 200 años cuando está siendo aprovechado su corcho, y dividimos su vida en 8 periodos (que abarcaría 25 años cada uno), podemos observar que la mayor parte de nuestros alcornoques están en el periodo 6, que va de los 125 a los 150 años de edad. En la situación actual, si no ponemos remedio, la evolución de la población conducirá inexorablemente a una reducción drástica del número de alcornoques en la dehesa.
- Problemas fitosanitarios: Los problemas fitosanitarios podemos desglosarlos en enfermedades y plagas. Entre las enfermedades que afectan a la dehesa, sin duda la más preocupante en estos momentos es la seca causada por fitóftora. La fitóftora (Phytophtora cinnamomi) es un patógeno que parece tener su origen en el sureste asiático, afecta a numerosas especies vegetales y está muy extendida por todo el mundo. En nuestras dehesas afecta principalmente al arbolado (sobre todo encinas y alcornoques) y también a especies arbustivas y matorrales (jaras, brezos y otras). No tenemos en este momento u tratamiento fitosanitario que cure una zona de dehesa infectada por seca. En la propagación de esta enfermedad tiene un papel primordial el agua del suelo, pues una fase de su ciclo de vida la realiza en forma de zoosporas flageladas, que literalmente nadan y se propagan por el agua en el suelo. Esto es fundamental para comprender la extensión de los focos de seca, y también para prevenir su propagación. Hoy día, la lucha contra la seca pasa en gran medida por prevenir su infección en las zonas no afectadas, y minimizar su extensión en los focos ya declarados.
Se está investigando esta enfermedad para poder atajar sus daños; las líneas de trabajo están incidiendo por un lado en búsqueda de la resistencia de las especies afectadas (encinas y alcornoques fundamentalmente), y biofumigación mediante especies vegetales que puedan producir sustancias que mitiguen e incluso impidan el desarrollo de fitóftora, pero todavía queda mucho camino para llegar a soluciones efectivas. Desde CICYTEX se está colaborando en la investigación sobre lucha contra fitóftora mediante la participación en el proyecto INIA “La seca de la encina y el alcornoque en la dehesa. Seguimiento temporal de su impacto y alternativas de control: biofumigantes, enmiendas y búsqueda de resistencias”, liderado por María del Carmen Rodríguez Molina; también con la realización de la tesis doctoral “Búsqueda de resistencia a la seca de la encina y el alcornoque en la dehesa” por parte de Manuela Rodríguez Romero, en el marco de la convocatoria FPI de INI; además CICYTEX tuvo la iniciativa de crear la Mesa de Protección de la Dehesa, órgano de la Administración extremeña integrado por científicos y técnicos que han desarrollado un trabajo destacado de divulgación de lucha contra la seca y también con otras enfermedades y plagas de la dehesa.
Entre las plagas que afectan a la dehesa cabe destacar algunos cerambícidos (Cerambyx spp. y Prinobius germari) y la culebra del corcho (Coroebus undatus). Los cerambícidos que afectan a la dehesa son escarabajos grandes, cuyas larvas se alimentan durante varios años de la madera de encinas, alcornoques y otras especies, horadando troncos y ramas de estos árboles, facilitando el ataque de hongos de pudrición, debilitándolos estructuralmente de manera que las ramas principales acaban cayendo y el árbol muriendo. Las podas abusivas y excesivas han ayudado a extender las plagas de cerambícidos en los últimos decenios, y ahora su control en zonas muy afectadas es muy complicado. Se están ensayando trampas alimenticias (que se ceban con una mezcla de agua, vino, azúcar y sal, y también otras formulaciones), que atrapan muchos adultos del género Cerambyx, pero todavía queda mucho por investigar sobre la efectividad de las mismas, y con otras líneas de lucha. Investigadores del CICYTEX (José del Moral de la Vega y su equipo) han avanzado en procedimientos de lucha biológica contra esta plaga.
Amenazas
- Presión humana: En el suroeste de la Península Ibérica llevamos más de 5.000 años conviviendo con las dehesas; precisamente la actividad humana fue determinante para ir modelando el paisaje vegetal (bosques mediterráneos primigenios) hasta convertirlos en dehesas. Sin embargo, y fundamentalmente en los últimos siglos, el hombre ha sobreexplotado las dehesas con usos como la agricultura, la ganadería y aprovechamiento de leña y carbón vegetal. Estos usos paradójicamente son claves para el mantenimiento de las dehesas, pero cuando se extraen más recursos de los que produce el sistema, o se llevan a cabo prácticas inadecuadas, estas se degradan.
- Ausencia de regeneración: Como hemos visto en el capítulo de debilidades, la regeneración en las dehesas es claramente deficitaria. La Política Agraria Comunitaria ha hecho un esfuerzo enorme con las repoblaciones de encina y alcornoque en España y Portugal, sin embargo, esta regeneración ha tenido lugar mayoritariamente (por imperativo europeo) fuera de las dehesas. Sin regeneración nos quedaremos sin árboles, y por lo tanto sin dehesas.
- Monocultivo del tapón de corcho: En el caso del sector del alcornoque y el corcho, el tapón de corcho supone más de la mitad de los ingresos, y por lo tanto todo el sector se ha focalizado alrededor de este producto, con los riesgos que conlleva esta dependencia exclusiva. A finales del pasado siglo el sector comprobó este peligro: los tapones alternativos de plástico y de rosca de aluminio emprendieron una campaña de desprestigio del tapón de corcho, responsabilizándolo de los malos sabores y olores del vino. Esta campaña condujo a una reducción notable de la cuota de mercado del tapón de corcho, que sólo el buen hacer de la industria, con la implantación del Código Internacional de Prácticas Taponeras a través de SYSTECODE, unido a campañas de promoción del tapón de corcho, pudo revertir la situación.
- Malas prácticas suberícolas: En el caso del alcornoque una Selvicultura incorrecta puede llevar por un lado a un descenso de la producción de corcho en cantidad y calidad, y por otro a una degradación del arbolado que conduce a la de toda la dehesa. La aplicación de buenas prácticas suberícolas es responsabilidad de todos los implicados en el sector: Administración, propietarios, empresas de servicios forestales y trabajadores del alcornocal.
- Cambio climático: Estamos comprobando que la climatología está cambiando, con precipitaciones muy irregulares y aumento general de las temperaturas. Estas circunstancias afectan a la mayoría de animales y plantas que viven en la dehesa, y especialmente a la regeneración del arbolado, que resulta más difícil en esta nueva situación. Tanto la encina como el alcornoque tienen un origen muy antiguo, que se remonta a la Era Terciaria, época en la que teníamos un clima mucho más cálido que el actual; pudieron sobrevivir a sequías muy intensas y a las glaciaciones de Era Cuaternaria. Por todo ello podemos pensar que también podrán adaptarse a nuevos cambios en el clima, sin embargo, la presión humana, especialmente el pastoreo intenso, puede romper el ciclo de vida de estas especies en su periodo más complicado, que es la regeneración. Por ello debemos ser especialmente cuidadosos con la regeneración del arbolado de la dehesa, defenderla del diente del ganado, ya sea acotando zonas pequeñas o extensas, según nuestros criterios técnicos y económicos; o con protecciones individuales, siempre que el coste y la situación nos lo permitan. La regeneración debe ser planificada y ejecutada sabiendo que es una tarea que implicará a varias generaciones humanas para un lugar concreto.
- Ausencia de obreros especializados en Subericultura y en general de Selvicultura de los bosques mediterráneos: No tenemos una formación reglada de obrero especializado en Subericultura y Selvicultura de bosques mediterráneos; y es muy necesaria en estos momentos, pues la formación tradicional, en el seno de cuadrillas de trabajadores un tanto cerradas, prácticamente ha desaparecido; las nuevas incorporaciones son muy escasas y la edad media de los trabajadores superan los 50 años. La profesionalización de los trabajadores permitiría una ocupación a lo largo de todo el año, solventando la estacionalidad de determinadas tareas como el descorche, las podas, las repoblaciones, etc, mejorando la calidad de la ejecución de todos estos trabajos y fijando población en zonas rurales despobladas.
- Incendios forestales: A pesar de que las dehesas presentan una estructura que les permite prevenir y luchar contra los incendios forestales de una forma más eficaz, no se ven libres de este azote. Hay que estar siempre preparados y dotar a las explotaciones de áreas cortafuegos perimetrales, líneas de defensa apoyadas en caminos y vías de saca, y algunos puntos de agua que puedan apoyar la extinción en caso necesario.
- Problemas zoosanitarios: El ganado de la dehesa tiene problemas zoosanitarios que acechan periódicamente, como la tuberculosis, la lengua azul, etc. No se puede bajar la guardia, tomas todas las medidas preventivas necesarias y reaccionar a los primeros síntomas.
Inestabilidad del sector porcino ibérico, siendo este uno de los pilares que sustentan la dehesa, y el cerdo ibérico uno de los elementos que mejor modelan y aprovechan este ecosistema. Sin embargo, es un sector que se ve sometido a oscilaciones de oferta y demanda, y también de precios que hacen peligrar la sostenibilidad de la dehesa en su conjunto. Es necesario llegar de una manera clara al consumidor, de manera que sepa que consume una carne de cerdo que procede de un animal casi silvestre que vive en plena naturaleza, con los beneficios que todo ello supone para el medio ambiente, para su salud y para su paladar.
Fortalezas
- Vigor biológico de las especies arbóreas de la dehesa: Tanto la encina como el alcornoque son especies bastantes longevas (mucho más la encina que el alcornoque), brotan de cepa y raíz (esto último sobre todo la encina), toleran una gran variedad de suelos y climas, y resisten razonablemente bien numerosas enfermedades y plagas (con la excepción de la seca causada por fitóftora). Están presentes en la Península Ibérica desde la Era Terciaria, cuando las condiciones climáticas eran muy diferentes a las actuales, esto es una prueba de resiliencia.
- Biodiversidad elevada: La dehesa tiene su origen en los bosques terciarios, y aún conserva parte de la biodiversidad de estos bosques tropicaloides. En ocasiones podemos encontrar hasta 135 especies vegetales en 1 metro cuadrado. Muchas de las especies que pueblan la dehesa son endémicas (no se pueden encontrar en otras partes del mundo). En la dehesa viven especies protegidas emblemáticas como el lince ibérico, el águila imperial ibérica, el buitre negro, o la cigüeña negra. Es el hábitat donde hibernan numerosas especies boreales y donde crían especies que pasan el invierno en África. Podemos encontrar más de 400 especies de vertebrados y numerosísimos invertebrados, muchos de ellos exclusivos de este ecosistema.
- Multifuncionalidad: La dehesa tiene la capacidad de producir numerosos bienes y servicios, y nuestra gestión tiene que ir dirigida a aprovechar todos y cada uno de ellos: Pastos, agricultura de secano, leña y carbón vegetal, corcho, caza, setas, acuicultura, plantas aromáticas, medicinales y culinarias, turismo rural, etc. Todos ellos exigen una dedicación constante, una profesionalización del gestor y no dejar escapar ni un solo recurso, pues la rentabilidad de la dehesa es muy baja y solo con una gestión intensiva se conseguirá la necesaria rentabilidad económica que es básica para la sostenibilidad.
- Capacidad de hacer frente al cambio climático: Las especies arbóreas dominantes en la dehesa (encinas y alcornoques fundamentalmente, pero también acebuches, quejigos, robles, fresnos, etc) y también las especies arbustivas, subarbustivas, matas, herbáceas, lianas y demás formas de vida vegetales, viven en condiciones climáticas diversas. Soportan condiciones bastante adversas de calor, frío, sequía e incluso inundaciones temporales. Además, para sobrevivir hasta nuestros días se tuvieron que adaptar al clima cambiante del Cuaternario (con periodos fríos y sequías severas), cuando muchas de ellas procedían de u ambiente subtropical. Por otro lado, las técnicas de reforestación nos permiten regenerar estas especies en condiciones adversas, caso de ser necesario. Por todo ello podemos afirmar que la dehesa podrá hacer frente al cambio climático.
- Productos naturales y saludables: Obtenidos de un ecosistema poco intervenido, donde se utilizan muy pocos productos fitosanitarios y fertilizantes, alejado de fuentes de contaminación. Entre otros podemos mencionar el corcho: Un producto excepcional, con una serie de aplicaciones potenciales enorme, aunque su aplicación estrella es el tapón de corcho natural, destinado a tapar los mejores vinos. El jamón ibérico de bellota, exquisito, muy bueno para una dieta sana (además del resto de productos del cerdo ibérico, lomos, paletillas, embutidos, etc). Quesos de oveja y cabra aptos para los paladares más exigentes. Miel de mela, oscura densa y con poca tendencia a cristalizar, muy apreciada, y no por casualidad, pues además de tener un sabor exquisito, se trata de un producto natural procedente de encinas y alcornoques. Todos estos productos permiten por un lado la pervivencia de un ecosistema humanizado de forma sostenible y la existencia de un ganado en régimen de semilibertad, con razas autóctonas adaptadas perfectamente a su medio.
- Refugio de cultura y tradiciones excepcionales: La dehesa y sus gentes atesoran un acervo de conocimientos que constituyen una joya cultura. Muchos de ellos son eminentemente prácticos y han servido para aprovechar los recursos de una forma racional y sostenible. Otros son más bien artísticos, y comprenden desde cuentos y leyendas que se han difundido mediante transmisión oral hasta nuestros días, pasando por músicas y danzas, juegos de niños e incluso patrimonio histórico-artístico.
Oportunidades
- Globalización y nuevos mercados para los productos de la dehesa: La globalización está facilitando que gentes de todo el mundo empiecen a conocer la dehesa y sus productos excepcionales. Esto, unido a la concienciación de los consumidores acerca de la sostenibilidad de los recursos, está conduciendo a que empiecen a comercializarse productos de la dehesa hasta en los lugares más apartados del planeta. Este comercio constituirá un motor de desarrollo rural en las dehesas, que se asientan fundamentalmente en zonas desfavorecidas del oeste del Mediterráneo.
- Nuevas tecnologías: Las nuevas tecnologías están facilitando las tareas de gestión y explotación de las dehesas, y ello permitirá que en futuro las dehesas sigan aportando sus bienes y servicios de una forma sostenible.
- Repoblaciones con alcornoque y encina: Las técnicas de forestación con su progreso técnico constante, van solventando los problemas que se abordan a la hora de regenerar las dehesas. Las forestaciones de la PAC de los últimos 25 años han sido una experiencia fabulosa en este sentido, y observamos cómo las primeras que se hicieron se van convirtiendo poco a poco en nuevas dehesas que nos hacen prever un futuro halagüeño.
- Certificación forestal y códigos de buenas prácticas: La certificación forestal cada vez cuenta con más superficie de dehesa certificada, y ha supuesto una apuesta clara de los propietarios forestales por el respeto a la naturaleza y la responsabilidad social corporativa, sin olvidar la necesaria sostenibilidad económica. Por otro lado los códigos de buenas prácticas, como por ejemplo el Código Internacional de Prácticas Suberícolas, nos dan las pautas a seguir para mejorar nuestras producciones en calidad y cantidad, manteniendo la sostenibilidad del sistema.
LA CULEBRILLA DEL CORCHO (COROEBUS UNDATUS)
Es comúnmente conocido como culebra o culebrilla de corcho, siendo ese el aspecto que presentan las galerías que la larva del Coroebus undatus deja a su paso, al alimentarse entre el corcho y la capa madre, dejando a la vista un gran número de ellas en el momento de la saca.
Para todos es conocida la larva quedando a la vista del sacador al extraer la plancha de corcho, pero para muy pocos su estado adulto, un pequeño escarabajo de poco más de 1 cm que pasa inadvertido tras su emergencia desde mediados de mayo hasta mediados de julio (según condiciones climáticas).
Su cuerpo es alargado, elíptico, con tonos verdosos y reflejos metálicos, con 2 manchas azul oscuro en la parte anterior de los élitros y varias bandas de color verde claro en la parte posterior en forma de zigzag.
La larva es bastante alargada, de mayor longitud que el insecto pudiendo llegar a medir hasta 4 cm.
Es un coleóptero, que pertenece a la familia Buprestidae y que está presente en la mayoría de nuestros alcornocales, una situación que preocupa tanto a los propietarios y gestores del alcornocal, como a la industria del corcho, ya que la presencia de las galerías en el corcho hace inservible para la producción de tapón natural, una parte muy importante de la cosecha.
Un síntoma característico nos avisa de su presencia, la “cagada de milano”, manchas amarillentas, blanquecinas o negruzcas sobre la raspa, originadas por la salida de savia al exterior procedente de galerías.
Las galerías hacen disminuir la calidad del corcho y que éste no se dé bien. La calidad disminuye al ir llenas de excrementos y al generar gran cantidad de trozos en el momento de la saca al partirse la plancha por la zona de la galería, trozos en ocasiones tan pequeños que sólo es posible destinarlos a trituración. Es una zona en la que el corcho se adhiere a la capa madre y al intentar sacarlo, no sólo se rompe en pequeños trozos, sino que se desprende junto con ésta, produciendo grandes santos (desprendimiento de la capa madre). Esto genera un daño irreparable, favoreciendo la proliferación de hongos, el ataque de otros perforadores como los cerambícidos del género Cerambyx y Prinobius, perjudica la calidad de las planchas en futuros descorches y disminuye el rendimiento.
Para cuantificar los daños y las pérdidas económicas que genera la culebrilla del corcho, es necesario conocer el nivel de infestación. Según los datos analizados del Plan de Calas que el ICMC viene realizando anualmente, aproximadamente un 15,65% de los árboles muestreados en Extremadura durante los últimos 10 años se encuentran afectados por la culebrilla del corcho (presentan cagadas de milano), y un promedio del 15,83% de las calas presentan galerías de culebra en su interior. Por otro lado, se han apreciado restos de galerías de culebrilla sobre la raspa (con presencia de culebra en la saca interior) en un 18,15% de los árboles muestreados.
Según la producción media anual, la evolución de los precios y los porcentajes de daños, se estima que las pérdidas en campos originadas por este insecto en Extremadura son directamente de unos 2,6 millones de euros por año, en ausencia de otros defectos.
En cuanto a su tratamiento, ya en los años 60 se realizaron las primeras experiencias con plaguicidas (varios de ellos actualmente prohibidos por la legislación como el DDT), aplicados sobre tronco y sin resultados positivos. El uso de cualquier tratamiento químico sobre tronco conlleva el riesgo de contaminación del corcho, un producto utilizado en la industria alimentaria, como es la del vino, así como la eliminación de otros insectos, algunos de ellos nocivos, pero otros beneficios; y de posibles predadores de la culebrilla.
Estos posibles predadores y los parásitos naturales de larvas e insectos adultos tampoco han sido capaces por sí solos, de mantener un nivel de población lo suficientemente bajo para evitar los daños ocasionados.
Hasta la fecha no existe un tratamiento eficaz conocido contra la culebrilla, más allá de las medidas preventivas para mantener el arbolado en buen estado de salud, mediante la aplicación de buenas prácticas, evitando daños de podas y durante el descorche.
Se han llevado a cabo varios estudios que han tenido por objeto aportar datos sobre su biología y ecología, como los realizados a principios de los años 90 (Soria, F. J. & Ocete, M). Hace poco más de una década, se empezó a actuar conjunta y coordinadamente desde el proyecto “Control biorracional de plagas del género Coroebus”, encomendado por el Ministerio de Medio Ambiente (Dirección General de la Biodiversidad) al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del Instituto de Química Avanzada de Cataluña, y que tuvo su inicio en 2006. A este proyecto prestó su colaboración el Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (ICMC) y la Dirección General de Medio Ambiente desde la Junta de Extremadura, junto con otras Comunidades Autónomas e instituciones españolas interesadas (Comunidad Valenciana, Junta de Andalucía, Generalitat de Cataluña, Universidad de Lleida, Universidad de Sevilla y Universidad Politécnica de Valencia).
Las actividades técnicas del proyecto consistieron en avanzar en el estudio de posibles métodos de control de las plagas C. undatus (culebrilla del corcho) y C. florentinus mediante el uso de feromonas, en sus aspectos de caracterización, síntesis y ensayos previos de eficacia sobre el terreno, para su posterior uso.
Una trampa prima de color púrpura y una kairomona son el resultado de 3 años de trabajo, cuyos ensayos realizados en Extremadura arrojan una efectividad de 1,2 capturas por trampa, una efectividad aún insuficiente para disminuir los daños.
Las capturas realizadas durante la colaboración del ICMC en este proyecto y otros ensayos posteriores con objeto de saber más sobre su biología, han permitido conocer el periodo de mayor actividad del insecto en la Comarca Sierra de San Pedro, que aunque comienza a mediados de mayo, se concentra principalmente entre la segunda quincena de junio y primera de julio.
Los trabajos realizados durante todos estos años han supuesto un avance muy importante, pero aún es necesario mejorar el conocimiento de su ciclo biológico, debido al desconocimiento real que actualmente se tiene de esta plaga acerca de la duración del ciclo de vida en estado larvario, actividad de los insectos durante la fase de vuelo, alimentación, comportamiento en las distintas regiones productoras de corcho y otros aspectos relevantes como seguimiento del nivel de población, determinación de parámetros vinculados a la gestión de las masas y otros tan necesarios, tanto para mejorar los protocolos de trampeo, como para mejorar y adaptar los difusores a las trampas, así como formular nuevos y mejores compuestos atrayentes que permitan el control y minimización de los daños.
Autores:
- Mónica Murillo Vilanova, Raú Lanzo Palacios y Ramón Santiago Beltrán. Área de Producción Forestal-Dehesa. Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura.