El responsable nacional del porcino de Unió de Pagesos de Lleida, Rossend Saltiveri, valoró que después de 2 años con precios muy favorables (debido principalmente al aumento de exportaciones derivadas de la PPA en China), parece que desde mediados de junio se ha iniciado un tendencia incierta debido sobre todo a la frenada de las importaciones de China, país que durante el 1º trimestre de 2021 alcanzó un 55,6% de del total de exportaciones españolas, y cuyo descenso de las exportaciones no se ha compensado aún con el consumo interno europeo.
Según la lonja de Mercolleida, 2021 comenzó con un precio de mercado del cerdo vivo de 1,08€/kg (próximo al precio de coste de 1,13€/kg), pero en junio se llegó a situar en 1,553€/kg (con un precio de coste de 1,21€/kg). Sin embargo, a partir de mediados de junio, el precio ha comenzado ha disminuir. En resumen, el precio promedio de venta durante los primeros 6 meses de este 2021 es de 1,327€/kg, muy cerca del precio medio del 2019 y 2020, de 1,33€/kg por cerdo vivo.

En cuanto a los costes de producción, el sindicato observa que estos aumentan por la necesaria adaptación de los ganaderos a las nuevas exigencias normativas en términos de seguridad alimentaria, medio ambiente, sanidad y bienestar animal; unas nuevas exigencias que se traducen, a su vez, en una producción de carne de alta calidad y seguridad alimentaria. En este sentido, el sindicato observa el agravio que supone la estricta normativa europea respecto de los productos de países terceros y, para minimizar los efectos, apela a los consumidores a valorar la producción cárnica nacional, ya que es la que cuenta con los baremos más altos de exigencias de todo el mundo.
En cuanto a la PPA, sigue siendo preocupante la evolución en Europa del Este y en Asia, en concreto, la situación de Polonia con brotes en granjas y jabalíes cerca de la frontera con Alemania, y en la misma Alemania, con más de 1.000 brotes en jabalíes. La noticia positiva es la declaración de la Comisión Europea de Bélgica como país libre de PPA, en noviembre del pasado año.
La expansión de la PPA de estos últimos años, sumada a las tensiones internacionales, también ha llevado implícitas otras consecuencias, como por ejemplo, el aceleramiento de la estructura del sector porcino tienda a centrarse en unas pocas empresas integradoras especializadas. Según el Departamento de Agricultura, en Cataluña, en los últimos 5 años el número de granjas de madres se ha reducido un 12,8%, mientras que el de granjas de engorde se mantiene estable; asimismo, el 75% de las granjas porcinas trabaja bajo el régimen de integración y, según la orientación productiva, un 85% de las de engorde están integradas, mientras que en las granjas de madres el 40% trabaja integrado. Esto también explica el aumento de las importaciones de animales vivos origen intracomunitario en Cataluña por los intereses de las empresas integradoras y los grandes mataderos. Mientras en los años 2016 y 2017 el número de animales importados rondaba los 800.000, en 2020 superó los 2.800.000.
Para mejorar el establecimiento de los precios de referencia del cerdo y poder definir con mayor exactitud los costes de producción para el productor, Unió de Pagesos señala que hay que conocer en detalle los datos económicos que influyen en el ámbito de la granja (aplicación de nueva normativa, costes fijos y variables de la granja: luz, agua, seguros, etc). Esta información sería especialmente de utilidad para el sector integrado. Además de conocer los costes, el Departamento de Agricultura debería hacer un seguimiento de los contratos de integración para verificar si cumplen la Ley de integración vigente.
Por último, el sindicato quiere poner de relieve el peso social y económico del sector porcino, especialmente en el mundo rural. De las 5.566 granjas porcinas que tiene Cataluña, en un 65% de estas, los ingresos de la actividad porcina suponen más del 50% de total de los ingresos de la granja. Además, la actividad ganadera crea diversidad de trabajos y da vitalidad económica a las empresas y los servicios auxiliares del territorio. En el ámbito estatal, el sector porcino convencional ofrece más del 40% de los trabajadores en el medio rural. En definitiva, es evidente que las granjas favorecen el mantenimiento de la población en el mundo rural y, en el caso del sector porcino, hay que sumar la importancia de la industria alimentaria que se ha desplegado a su alrededor.