Con las presiones inflacionarias aumentando en todo el mundo, el aumento de los precios de la carne de cerdo en China (la proteína animal más popular de China), actualmente en su nivel más alto en 6 meses, posiblemente podría impulsar el crecimiento de los precios al consumidor por encima del objetivo del 3% del Banco Central de China, lo que dificultaría continuar flexibilizando la política sin arriesgarse a una inflación fuera de control.
Los precios de la carne de cerdo alcanzaron un máximo histórico en 2019, tras los brotes de Peste Porcina Africana (PPA) del país asiático, con una pérdida estimada de 225 millones de cerdos en un año.
Para ayudar a frenar los altos precios actuales, China planea administrar el número de animales directamente a través de los productores, alentar a los bancos a financiarlos y vender carne de cerdo de sus reservas estatales.
Sin embargo, estas tácticas se enfrentan a fuertes vientos en contra.
Durante tiempos de precios altos o en un mercado alcista, la gente acumula la oferta. Si bien, los precios continúan aumentando a corto plazo, es probable que provoquen caídas una vez que cambien las expectativas.
La oferta y la demanda juegan un papel importante en estos precios actuales, ya que la oferta de lechones de China se ha reducido tras el colapso de los precios el año pasado, que resultó en un mayor sacrificio de cerdas.
Esta falta de carne fresca se ha hecho evidente recientemente, ya que China está saliendo de sus restricciones de bloqueo ‘Covid 0’.
Es probable que la producción porcina no aumente en el corto plazo, ya que los productores se enfrentan a precios elevados de los piensos, lo que genera menos beneficios por animal y un menor deseo de aumentar el censo.
Con mayores costos de alimentación y reducción de ganado por parte de los productores, junto con una mayor demanda por la reapertura del canal Horeca, es probable que el mercado realmente soporte precios más altos del cerdo.
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