Acceso al mercado peruano y oportunidades para el sector porcino español

21 de octubre de 2019

Fuente: INTERPORC

El consumo per cápita de carnes y elaborados de porcino en Perú es muy reducido (en torno a 6,5 kgs/habitante/año) muy por debajo de los consumos de carne de porcino registrados en Chile, Brasil, Argentina o Ecuador, por ejemplo.

Ese bajo consumo se corresponde con la todavía escasa preferencia de los consumidores peruanos por la proteína de origen porcino, frente al fuerte arraigo del consumo de carne de pollo (más de 58 kgs/habitante/año) e incluso algo mayor consumo de carne de vacuno todavía, aunque con claras perspectivas de superar a este último.

Por otra parte todavía permanece entre los consumidores peruanos una cierta prevención respecto a la carne de porcino, por la tradición de enfermedades ligadas al consumo de esta carne en el pasado. Además, todavía no se han desarrollado en el país en cantidad suficiente las modernas granjas de porcino dotadas con elevados rendimientos productivos y altas garantías sanitarias y de bioseguridad. Así, se estima que más del 65% de las madres reproductoras de porcino todavía forman parte de la “crianza familiar o criolla”.

No obstante, las autoridades agroalimentarias peruanas parece ser que están apostando decididamente por la producción y el consumo de carne de porcino en el país, habiéndose fijado el objetivo de alcanzar un consumo superior a los 15 kgs/per cápita en 2021 o 2022.

Buena parte de la tradición gastronómica peruana está asociada a la carne de porcino (especialmente los populares «chicharrones»); al mismo tiempo se están llevando a cabo importantes esfuerzos de comunicación y marketing para dar a conocer los nuevos parámetros de bioseguridad de la carne de porcino y su condición de “carne blanca” (slogan “carne cerdo come sano”).

El mercado peruano ya ofrece una dimensión bastante atractiva (32,5 millones de habitantes) y un significativo crecimiento económico (sobre todo en las áreas de Lima y Arequipa), aunque todavía cuenta con una relativamente limitada capacidad de compra (en torno a 6.000 euros/per cápita), lo cual puede representar una cierta barrera para la exportación de productos cárnicos de alto precio.

De hecho, aunque las importaciones de carne de porcino han crecido mucho en los últimos años, la realidad es que siguen siendo todavía muy poco relevantes (solo representan el 5,5% del consumo interior); aunque todos los estudios consultados señalan que en los próximos años, ante las expectativas de crecimiento del consumo, será necesario también contar con mayores importaciones, aunque siempre dentro de unas limitadas cantidades globales, al menos a corto o medio plazo.

Actualmente el consumo de elaborados cárnicos del porcino en Perú representa en torno al 40% del consumo total, principalmente por el alto consumo de salchichas, chicharrones, mortadela, chorizo y jamón; se trata de productos generalmente abastecidos desde productores o elaboradores locales, aunque las importaciones de embutidos curados y cocidos ya tienen una cierta relevancia (más del 4% de todo lo importado) y suelen comprarse en Brasil, Dinamarca, Italia y España, principalmente.

Las empresas españolas pueden encontrar ciertas trabas a la hora de exportar carnes y productos cárnicos al mercado peruano, ya que algunos productos españoles no pueden ser exportados a Perú al no estar permitida su entrada o no cumplirse los requisitos zoosanitarios de importación establecidos por el Servicio Nacional de Seguridad Agraria (SENASA), sin cuyo cumplimiento no se permite la entrada de los productos a los cuales hacen referencia.

En relación a este punto, si bien a lo largo del 2018 se determinaron los requisitos sanitarios para la importación de carnes frescas y congeladas de porcino y se estableció un certificado homologado para la exportación de estas a Perú, actualmente el proceso para la apertura de este mercado se encuentra todavía en fase de resolución a la espera de la homologación, por parte del SENASA peruano,
de los establecimientos productores españoles con interés en exportar a Perú.

En el caso de que los requisitos zoosanitarios no se encuentren establecidos, se puede solicitar la elaboración de los mismos a la Subdirección de Cuarentena Animal mediante una carta simple, oficio u otro documento.

Por otro lado, determinados productos cárnicos y embutidos que ingresan a Perú desde España están sujetos a un arancel. El Acuerdo Comercial entre Perú y la Unión Europea entró en vigor el 1 de marzo de 2013 y establece una eliminación gradual de los aranceles entre Perú y la Unión Europea para productos relacionados con la industria y la pesca. No obstante, los productos bajo la partida arancelaria 0204 están sujetos a un arancel del 6% bajo el régimen general, mientras que el arancel establecido, del 17% indicado en el TLC UE-Perú se encuentra actualmente liberado al 100%.

Obviamente también han de pagar el impuesto similar al IVA español al tipo del 18%. Este tipo se compone del Impuesto General de Ventas (IGV) al 16% y el Impuesto de Promoción Municipal (IPM) al 2%. Para consultar el arancel y los impuestos que se aplican a los productos cárnicos y embutidos se puede visitar la página web de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT): www.sunat.gob.pe

El valor de las importaciones peruanas de productos cárnicos y embutidos españoles ascendió en 2018 a US$ 470.000, lo que representa un 0,41% de las importaciones totales. En la actualidad, Brasil es el principal exportador de carne a Perú (aproximadamente un 90% de las importaciones peruanas de carne proceden de este país), seguido de Dinamarca (6%). Teniendo en cuenta la cuota de mercado que los productos españoles tienen en mercados en los que compiten directamente con estos dos países y la competitividad en precios que tienen los productos españoles, se estima que las importaciones procedentes de España podrían incrementarse sustancialmente en los próximos años si no existiesen las
barreras comentadas.

Producción, consumo y autoabastecimiento de carne y productos del porcino