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Actualmente el sector porcino ha mejorado mucho los índices productivos gracias a una serie de cambios en factores como la mejora genética, el procesado de los piensos, la formulación de nuevas dietas, el uso de nuevos aminoácidos sintéticos y/o aditivos, el diseño de comederos y bebederos, el mantenimiento de las instalaciones o el cambio en las condiciones ambientales y de confort de los animales. Este conjunto de mejoras ha conllevado una reducción de la excreción de nutrientes y del volumen de los purines, y por lo tanto, un cambio en su composición.
Ante todos estos cambios, se plantea la necesidad de cuantificar la cantidad total de nutrientes (N, P, K) realmente generada en cada ciclo de engorde en los purines, así como conocer la evolución de su concentración durante el vaciado de la fosa o balsa.
Materiales y métodos
El estudio lo realizaron sobre 15 explotaciones porcinas de engorde, representando un total de 30.049 cerdos, donde midieron la cantidad de purín generado y cómo se modificaba la composición.
El seguimiento iniciaba para cada una de las explotaciones con un vaciado del purín almacenado y continuaba con la medición del purín sedimentado en las fosas y balsas. Al final de los engordes, volvían a medir el volumen de purines almacenados y se procedía a la aplicación en campo mediante cisternas. Las cisternas se taraban y pesaban durante cada vaciado, y se cogía una muestra de purín para conocer su composición. En caso de no poder pesar las cisternas, se calculaba el volumen de purín generado teniendo en cuenta las áreas de las fosas y la altura del purín generado.
De las muestras de purín recogidas, analizaron: materia seca (MS), conductividad eléctrica (CE), nitrógeno total (Nt), nitrógeno amoniacal (Nam), fósforo (P), potasio (K), y en algunas explotaciones el cobre (Cu) y zinc (Zn).
En cada explotación recogieron los datos productivos y los consumos de pienso, la composición de los piensos, el número de lechones entrados y cerdos salidos, las bajas, y en algunos casos, los consumos de agua y datos ambientales como la temperatura y la humedad.
Resultados y discusión
De 18 explotaciones, descartaron 3 debido a problemas en la cuantificación del sedimento almacenado. El peso medio de entrada de los lechones de los 15 seguimientos fue de 17,58kg, y el peso de salida fue de 109,13kg. Los engordes duraron de media 139 días, con un vacío sanitario de 14 días, representando 2,39 ciclos por plaza y año. Todos los engordes realizaron una dieta multifase, y el porcentaje de Proteína Bruta media fue del 15,04%, con un rango entre 14,14% y 15,89%. El consumo de pienso se situó en 217,13kg/cerdo, y el rango de consumo de pienso entre las explotaciones estudiadas varió entre 198 y 255kg/cerdo engordado, valores dentro de la media española de 219kg/cerdo. El índice de conversión (IC) obtenido fue de 2,39, siendo 0,05 mejor que la media de las explotaciones españolas.
La generación de purín por cerdo fue de 339 litros, equivalentes a 0,08m³/plaza y año. Este valor confirma la disminución del volumen de purín que ha experimentado el sector en estos últimos años. Junto a la disminución del volumen de purines, también se ha observado una disminución del contenido de N por plaza y año, quedando como media en 4,42kg N/plaza y año (Figura 1). Este valor obtenido es un 39% menor a la concentración descrita en el Real Decreto 324/2000 de 7,25kg N/plaza y año por cerdo de cebo. Aunque haya disminuido el volumen y la generación de N, la concentración de N en los purines de las granjas no ha menguado, sino que se ha mantenido constante y en algunos casos ha incrementado.
Uno de los efectos en la disminución del volumen de los purines es el incremento de la MS de estos. El contenido medio de MS de los purines fue del 9%, encontrando explotaciones donde la media fue superior al 11%. Obtuvieron una relación significativa (P<0,001) entre la MS y el N total, el N orgánico y el P total, con un coeficiente de determinación (r²) de 0,84, 0,85 y de 0,79, respectivamente.
La concentración media de N de las granjas estudiadas fue de 6,52kg N/m³, observándose diferencias significativas entre ellas (Sig<0,001), con un rango de 3,23 a 9,67 kg/m³ (Tabla 1). Otro estudio también encontró valores similares para explotaciones de engorde (6,22kg N/m³). La relación entre el N amoniacal y el N total fue del 67%, encontrando una explotación con una relación media del 73%. Para el P y K, la concentración media fue de 1,91kg/m³ y 4,18kg/m³, respectivamente. Aunque se observaron diferencias significativas (P<0,001) entre explotaciones en relación a la concentración media de P y K, la variabilidad fue mucho mayor con el P (0,22 vs. 3,69kg/m³), que con el potasio (2,24 vs. 6,61kg/m³).
Por otra parte, cuando analizaron la evolución de la concentración de nutrientes durante el vaciado de los purines en la explotación, también se observó una gran variabilidad (Figura 2). Seguramente el diseño de las fosas y de las balsas y el manejo de estos durante el vaciado tienen un gran efecto con la variación de la composición, junto a que los purines son cada vez más densos y que contienen más MS (6,68% en 2009, 7,62% en 2016). Por ejemplo, en la 8º explotación, de las 25 cisternas (15m³) que se necesitó para vaciar la fosa, la concentración de N varió entre 1,61 y 9,46kg/m³, una diferencia de casi 6 veces la concentración. Esta variabilidad aún es mayor con el P, donde en la 1º explotación observaron que el rango de concentración en las diferentes cisternas estuvo entre 0,04 y 3,36kg/m³, una diferencia de 84 veces.
Con los datos recogidos, podemos concluir que actualmente hay una mejora de eficiencia en la producción porcina de engorde que se traduce con una menor generación de N por plaza. Pero a la vez, se evidencia la necesidad de disponer de sistemas rápidos para conocer el contenido de nutrientes de los purines, ya que su concentración de purines, principalmente N y P, y en menor grado K, dista mucho entre granjas y dentro del vaciado de la misma granja.
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