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Desafío sanitario en salas de maternidad: Colibacilosis neonatal

La colibacilosis es una enfermedad del sistema digestivo causada por cepas patógenas de Escherichia coli. Este trastorno afecta a los lechones recién nacidos y se manifiesta con síntomas como diarrea, deshidratación, y en casos graves, la muerte. La colibacilosis en lechones representa una importante carga económica para los productores de cerdos, debido a la mortalidad, morbilidad y el costo del tratamiento. Además, las pérdidas económicas se ven exacerbadas por la disminución del rendimiento productivo de los animales afectados y el riesgo de propagación de la enfermedad dentro de la explotación.

Escherichia coli es una bacteria gramnegativa que forma parte de la microbiota normal del tracto digestivo de los mamíferos, incluidos los cerdos. En condiciones normales, muchas cepas de Escherichia coli son inofensivas e incluso beneficiosas, contribuyendo al proceso de digestión y compitiendo con otras bacterias potencialmente dañinas por recursos en el intestino. Esta relación simbiótica entre el huésped y Escherichia coli ayuda a mantener el equilibrio microbiano en el tracto digestivo y promueve la salud gastrointestinal.

Aunque la mayoría de las cepas de Escherichia coli son benignas, ciertas cepas patógenas, como la enterotoxigénica, tienen factores de virulencia que le dan un carácter patógeno como los factores de adherencia y la capacidad de producir toxinas que desencadenan enfermedades graves en los lechones neonatales. La colibacilosis neonatal es una de las enfermedades más comunes y devastadoras en la producción porcina.

Las adhesinas de Escherichia coli enterotoxigénica desempeñan un papel fundamental en su capacidad para adherirse a las células epiteliales del intestino delgado de los lechones, lo que facilita la colonización y el establecimiento de la infección. Las adhesinas identificadas frecuentemente en cerdos son las fimbriales (F4, F5, F6, F7 y F18), las cuales permiten la unión a receptores específicos presentes en los enterocitos.

Otro factor de virulencia es la producción de enterotoxinas, toxinas termolábiles y termoestables que alteran la función de las células epiteliales intestinales, aumentando la secreción de agua y electrolitos hacia la luz intestinal y provocando la pérdida de líquidos y electrolitos en las heces, provocando acidosis metabólica y deshidratación, que tras cortos períodos pueden conducir a la muerte.

Entre la clínica que podemos observar, esta la diarrea fluida de tipo acuoso, olor fuerte, color blanquecino o amarillento, apatía, anorexia, piel engrosada y de mal aspecto, deshidratación y emaciación. A la necropsia, se observa una enteritis catarral y ganglios mesentéricos aumentados de tamaño.

El control de la colibacilosis en lechones neonatales implica medidas de manejo sanitario, como el mantenimiento de condiciones higiénicas adecuadas en las instalaciones de cría, la atención a la nutrición y salud de las madres, y la implementación de programas de bioseguridad para prevenir la introducción y propagación de cepas patógenas de Escherichia coli. En cuanto al tratamiento, existe una amplia gama de antimicrobianos que pueden ser empleados. Es recomendable tratar a todos los lechones de la camada, debido a el riesgo elevado de contagio. Las pruebas de sensibilidad microbiana serán de gran ayuda para elegir el antibiótico correcto para cada caso.

La colibacilosis en lechones neonatales es una enfermedad significativa que afecta la industria porcina. La comprensión de sus aspectos claves, desde la etiología hasta el tratamiento y control, es esencial para reducir su impacto económico, mejorar la salud y el bienestar de los lechones recién nacidos. La implementación de medidas preventivas efectivas y el tratamiento oportuno de los casos son fundamentales para mitigar el impacto de esta enfermedad en la producción porcina.

Colaboradora

Amy Sánchez Gil, médico veterinario por la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, y máster en producción y sanidad animal por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 4 años de experiencia en producción porcina, siendo supervisora y coordinadora en maternidad, transición y cebo.

Conecta con la colaboradora: Amy Juliet Sánchez Gil | Perfil profesional | LinkedIn


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