A solo 10 kilómetros al sur de Girona, se ha creado un ‘cluster’ del sector porcino en Riudellots de la Selva. Es el segundo municipio de Europa en el ránquing de matanza y transformación de cerdos: cada día cerca de 25.000 animales llegan a sus cárnicas, lo que en un año significa casi 5,6 millones de sacrificios. Solo la población alemana de Rheda-Wiedenbrück, con casi 30.000 cerdos muertos al día, supera a la catalana.
La potencia de los tres mataderos y transformadores (Friselva, Norfrisa y Frigoríficos Costa Brava) han alcanzado una exportación del 80% y los mercados son tan lejanos como Japón, Corea del Sur, Vietnam y Estados Unidos. Precisamente la única cárnica española que exporta carne de capa blanca (la que no es embutido o jamón ibérico) al mercado norteamericano es Frigoríficos Costa Brava. Las piezas de cerdo se congelan en las mismas fábricas y salen a través del puerto de Barcelona.
PARO CASI INEXISTENTE
La industria porcina ha comportado que para una población censada de 2.000 personas, las cárnicas den trabajo a más de 6.000 personas. «El paro es casi inexistente», afirma con orgullo la alcaldesa, la convergente Montserrat Roura.
El peso de las cárnicas es tan potente que hace olvidar que Riudellots es la sede de uno de los polígonos industriales más importantes del sur de Girona. “No tenemos miedo de morir de éxito por monocultivo empresarial. Tenemos un polígono con empresas de muchos sectores y muchos tamaños”, detalla Roura.
Pese a esto, Riudellots está cuidando su imagen ligada al cerdo. Desde hace 4 años organiza FiPorc (Fira del Porc), concebida como la exhibición de la potencia industrial del sector de transformación del municipio.
Los 25.000 cerdos diarios llegan a Riudellots desde granjas de Aragón, la Comunidad Valenciana, Catalunya y el sur de Francia en más de 150 camiones. «Es verdad que es un tráfico constante pero no provocan ningún colapso», reconoce la alcaldesa.
Para el representante de la patronal gerundense FOEG, Josep Collado, el surgimiento de este núcleo porcino «es extraordinario y es un referente que se podría replicar en otros sectores». Además, las cárnicas de Riudellots «se han modernizado y están a la cabeza de las innovaciones que les han permitido alcanzar mercados tan exigentes como los asiáticos». Gracias a ello, las exportaciones subieron casi el 17% en el 2016. De los casi 20 millones de cerdos sacrificados en Catalunya en el 2016, casi el 30% se mataron en Riudellots.
CRÍTICAS SINDICALES
Ante las macrocifras, la realidad laboral es más conflictiva. Las cárnicas de Riudellots ofrecen trabajos de bajo valor añadido en las cadenas y esto ha atraído a muchos extranjeros a los que se les ofrece trabajar como autónomos a través de las cooperativas. O, en algunos casos, a los de nómina se les ha presionado para que pasen a ser autónomos. Y es este modelo de cooperativas lo que más ampollas produce entre los sindicatos.
«La riqueza que están ganando las cárnicas de Riudellots no se está invirtiendo en las mejoras de los trabajadores», afirma el coordinador de la UGT-FICA en Girona, Miquel Prados. Así, cita como ejemplo, que solo un tercio de los trabajadores son asalariados frente a la práctica mayoría de autónomos.
«El modelo cooperativo es bueno, pero no cómo se aplica en las cárnicas, donde vivimos situaciones de abuso y de falsos autónomos en vez de asalariados», dice el portavoz sindical. Detalla que se cobran sueldos de 1.000 euros brutos para un autónomo con diferencias salariales de base que alcanzan el 35% respecto a otros compañeros de la cadena de corte y transformación. «Estos autónomos no tienen derecho a vacaciones ni cobran los pluses, haciendo el mismo trabajo, que sus compañeros asalariados».
CAMBIOS EN LA LEY DE COOPERATIVAS
La UGT asegura que tanto las cárnicas de Riudellots como el resto de la patronal cárnica, «tiene bien claro qué modelo laboral quiere: una relación entre sociedades, por un lado, las cooperativas y por el otro los mataderos y transformadores». En este modelo, el trabajador autónomo «está indefenso, y más si es extranjero, lo que le aleja más del genuino modelo cooperativo que defendemos desde los sindicatos», detalla Miquel Prados.
Precisamente, el Parlament aprobó en febrero una reforma de la Ley Catalana de Cooperativas, impulsada por sindicatos y algunos partidos, con el objetivo de acabar con los abusos en la contratación de autónomos y de las cooperativas en el sector cárnico. El objetivo es equiparar los derechos de asalariados y socios de cooperativas.
Fuente: El periodico
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