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El cochinillo de Segovia está a un paso del reconocimiento europeo

El Diario Oficial de la Unión Europea recientemente publicó una solicitud para reconocer al ‘Cochinillo de Segovia’ como Indicación Geográfica Protegida (IGP). Esta solicitud es un paso crucial para otorgarle a este afamado producto de Castilla y León el estatus de protección dentro del marco legal europeo.

Existen actualmente 37 granjas en Segovia especializadas en la cría de cochinillos, con una producción que supera los 150.000 animales al año y un valor económico estimado en 6 millones de euros.

La propuesta, impulsada por la Asociación para la Promoción del Cochinillo de Segovia (Procose), recibió el apoyo del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), que forma parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Tras ser aprobada hace 1 año, fue remitida a la Comisión Europea. Si los trámites restantes se completan en los próximos meses, el ‘Cochinillo de Segovia’ podrá ser inscrito oficialmente bajo las categorías de Denominación de Origen Protegida y de Indicaciones Geográficas Protegidas.

Este reconocimiento no solo asegurará que el etiquetado del cochinillo incluya un sello distintivo, sino que también proporcionará a los consumidores garantías adicionales sobre la calidad y origen del producto. Además, el reconocimiento potenciará la reputación y valor del cochinillo tanto en el mercado nacional como internacional.

El Cochinillo de Segovia tiene una larga historia en la región, ligada al consumo local y la fama de asadores segovianos desde el siglo XIX. Actualmente, es un plato icónico de la gastronomía de Segovia, reconocido tanto nacional como internacionalmente.

En términos de su origen geográfico, los cochinillos protegidos provienen de una área delimitada de Segovia y la comarca de La Moraña en Ávila. Son alimentados únicamente con leche materna hasta su destete, y la dieta de las madres lactantes es rica en nutrientes, lo cual es crucial para la calidad del producto. Estos cochinillos se comercializan enteros, pesando entre 4 y 5,8kg, y medias canales o cortes primarios, presentando una carne de color rosado y piel blanca.

Como prueba del origen y método de obtención, los cochinillos deben nacer, criarse y ser alimentados en explotaciones registradas dentro de la zona geográfica delimitada, debiendo ser identificados individualmente y transportados a mataderos autorizados de la zona.

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León será el responsable de verificar el cumplimiento de las normas, y el etiquetado incluye un logotipo de la IGP, la fecha de sacrificio y número de identificación.


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