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El porcino europeo continúa entre el exceso de oferta y la pérdida de mercados exteriores

El mercado porcino europeo atraviesa un momento de claro retroceso e incertidumbre. Las bajadas del precio del cerdo en Alemania, han tenido un efecto en cadena en todo el continente europeo.

Los datos muestran una actividad de mataderos muy elevada, con registros superiores a los del año anterior y una oferta que continúa creciendo. Los pesos de los animales siguen aumentando, a pesas de que los ganaderos aceleran las salidas de los cebaderos.

La inflación sostenida ha erosionado el poder adquisitivo de los consumidores europeos y condiciona la política económica global, pudiendo hacer un efecto de retroceso y reajuste en el mercado.

En Alemania, la presión se intensificó la semana pasada con una bajada de 15 céntimos. Los sacrificios se redujeron, provocando un excedente creciente de cerdos, en un contexto donde ya la oferta es superior a la demanda. El mercado de la carne sigue sin mostrar señales positivas. Los mataderos continúan sin querer almacenar o congelar carne a precios que consideran demasiado altos.

En España, la oferta y el peso de las canales aumentan, mientras que los sacrificios se mantienen elevados. Los productores continúan sacando cebados antes de tiempo para liberar espacio e intentar anticiparse a las bajadas. Tras un fuerte incremento desde agosto, los volúmenes se han estabilizado en las 3 últimas semanas, frenados por la incertidumbre sobre los mercados de destino. Buscan el equilibrio del mercado, y es que los mataderos no prevén aumentar su actividad, mientras que los ganaderos podrían ofrecer más cerdos. El excedente se concentra sobre todo en la carne, cuyos precios no están respaldados por la demanda. Las exportaciones se estancan, el mercado chino es prácticamente inexistente, y nadie quiere congelar carne a estos niveles de precios. El mercado europeo se encuentra así saturado de productos frescos en competencia directa.

En Francia las cotizaciones tambíen sufrieron el descenso de Alemania. Tras varias semanas de estabilidad, los volúmenes de sacrificio aumentan, limitando así el incremento estacional del peso medio, aunque la situación parece relativamente saludable.

En Bélgica, la producción sigue siendo superior a la del año pasado. El mercado interno sigue apagado, sin cambios significativos, y las exportaciones se mantienen sin revalorización de precios. Y como era de esperar, el mercado belga reacciona al nuevo precio de referencia de Alemania

En Italia aparecen las primeras señales negativas. Las dificultades persistentes del mercado de la carne, afectado por un bajo consumo y la competencia extranjera, se traducen en una primera bajada tras un largo período favorable. La oferta ha mejorado, y como reacción a este cambio, el mercado de la carne ha registrado pérdidas importantes, lo que conlleva una reducción prevista de los sacrificios.

En Estados Unidos, los precios de los cerdos se mantuvieron estables, cercanos a niveles históricamente altos para esta época del año. El valor de la canal retrocedió ligeramente, arrastrado a la baja por la depreciación de varios cortes principales, mientras que los sacrificios se mantienen en un nivel estacional habitual.

En China, la tendencia del mercado porcino muestra una nueva bajada, marcada por una oferta aún excedentaria y una afluencia de cerdos pesados. La demanda sigue siendo débil, afectada por el calor y un consumo apagado tras las festividades. Los ganaderos limitan sus ventas, pero la presión a la baja sigue siendo dominante.

La actividad en el mercado de cereales se mantiene sin sobresaltos. La semana pasada transcurrió con total tranquilidad: los agricultores continúan reteniendo grano sin prisas por vender, y los fabricantes, en su mayoría, se mantienen al margen. Predomina una sensación de inercia, sin señales que indiquen una dirección clara para las próximas semanas.

El trigo destaca como el cereal con mayor movimiento, con operaciones más frecuentes y ligeras subidas que apuntan a una mejora moderada. La cebada, en cambio, sigue mostrando escasa actividad; las ventas son limitadas y los precios solo avanzan de forma marginal. En cuanto al maíz, su evolución depende casi por completo de las entradas portuarias: las retiradas son constantes, pero las compras se reducen. La cosecha nacional avanza despacio y con buena calidad, mientras que en Francia persisten los problemas de transporte. La soja, por último, mantiene una estabilidad absoluta, sin cambios relevantes en el mercado.