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El sector porcino europeo encara un final de año marcado por la inestabilidad

El mercado porcino europeo continúa con fuerte tensión. Los pesos de los animales muestran señales de estabilización, pero la capacidad de sacrificio se encuentra limitada en varios países. A nivel comunitario, este año se están sacrificando más cerdos que el año anterior, aunque la producción total continúa por debajo de los niveles de 2022. Las exportaciones extracomunitarias están estancadas y los aranceles chinos han frenado las ventas y deteriorado los precios y las expectativas de cara al Año Nuevo asiático. Con más oferta en Europa y menos salida al exterior, la competencia entre mataderos se intensifica. El consumidor europeo aunque ha aceptado los altos precios de la carne, no repunta su consumo.

En Alemania, la demanda en el mercado del cerdo sigue progresando. Sin embargo, la oferta de cerdos continúa siendo abundante y persisten ciertas tensiones según las regiones. A escala nacional, el mercado se considera relativamente equilibrado, aunque varios informes mencionan presiones a la baja sobre los precios. En las próximas semanas, con la llegada de las fiestas navideñas, el comercio debería intensificarse, aunque la dinámica observada hasta ahora es que sigue por debajo de lo esperado.

En España, los productores esperaban una estabilización tras 18 semanas de descensos ininterrumpidos, pero la presión bajista en Europa persiste debido a la nueva bajada del precio de referencia alemán. El principal problema sigue siendo la abundancia de carne en Europa, combinada con la falta de crecimiento de las exportaciones a terceros países. Los mataderos siguen enfrentándose a dificultades de margen, a pesar de una demanda interna bastante correcta. Cada vez que la cotización española roza los niveles de precios de sus competidores europeos, estos reaccionan con fuertes descensos para volver a abrir distancia y penalizar la competitividad de los mataderos españoles. Actualmente, el eslabón ganador es la distribución, que, pese a la bajada del precio del cerdo, no reduce sus precios de venta de la carne al consumidor.

En Bélgica, tras haber reaccionado al retroceso de los precios daneses y holandeses, el precio se reajustó a la nueva bajada de Alemania, y en el mercado de la carne se observa una ligera bajada de los precios.

En Italia, la situación se mantiene sin cambios tras 5 semanas consecutivas de descensos y temen el tener que vender aún más barato.

Mientras que las señales del mercado francés dejaban esperar una estabilización del precio, el descenso del precio alemán generó inquietud, justo cuando una estabilización tendría todas las razones para producirse de cara a las fiestas de fin de año.

En Estados Unidos, el mercado continúa su repliegue: las cotizaciones disminuyen y el valor de la canal vuelve a situarse por debajo del umbral simbólico, afectado por la depreciación de numerosos cortes, especialmente las costillas y el jamón. Los sacrificios siguen siendo muy elevados para esta época del año, lo que refleja una oferta abundante que mantiene la presión bajista.

En China, durante este período, los precios del cerdo oscilan entre el inicio de una recuperación y un ligero deterioro del precio medio de una semana a otra. La oferta continúa reduciéndose debido a unas salidas limitadas, mientras que la demanda sigue siendo tímida, frenada por las altas temperaturas y un mercado de la carne poco dinámico.

En el mercado de cereales, la semana ha estado marcada por el renovado protagonismo de la soja, que ha vuelto a impulsar las cotizaciones y ha activado la oferta de harina tanto para diciembre como para el primer trimestre de 2026. Paralelamente, la disponibilidad inmediata del producto se ha reducido de forma notable.

En cuanto al resto de granos, la actividad ha repuntado ligeramente en algunas zonas, favorecida por la decisión de ciertos agricultores de vender, aunque el mercado sigue mostrando poca vitalidad. La oferta de trigo ha aumentado, mientras que la de maíz se ha reducido y la de cebada continúa siendo muy limitada. Los precios del trigo han oscilado entre la estabilidad y descensos de hasta un euro; el maíz se mantiene con incertidumbre y la cebada ha detenido su tendencia alcista.