La dehesa de Extremadura, ecosistema donde se cría el cerdo ibérico de bellota, ha sido este año una excepción, pero a pesar de ello enfrenta problemas como la falta de relevo generacional y el alza de los costes de producción. Además, la sequía es una de las grandes amenazas para la agricultura, y la ganadería no es ajena a ella.
Antena 3 publicó el pasado día 11 un artículo en el se hacía eco de las amenazas de este sector. Manuel Gómez, responsable de la montanera de este año en una de las fincas más importantes de Puebla de Obando, en Badajoz, encantado de ver el campo en todo su esplendor afirmó que «una producción que sólo tenéis que ver cómo está de hierba las fincas, agua en abundancia, en cualquier sitio, con lo cual, el ganado es feliz, es su época feliz…». Tras una Montanera 2023 marcada por la sequía, la de este año es excelente, con una gran cantidad de bellotas en el campo, siendo el manjar con el que se alimentan los cerdos ibéricos.
Sin embargo, tal y como comentó Samuel Fernández desde la parte de la industria elaboradora del productos ibéricos, no todo es de color de rosa para este sector que cada vez estás más afectado por el cambio climático y la subida de productos como los piensos. De hecho, este año se han sacado al campo 120.000 cabezas menos que en 2022. «Hay un desfase entre coste de producción y de producto de venta de aproximadamente unos 20 euros», afirma Samuel.
«A mí me duele decirlo, porque no tenemos relevo generacional en este sector, lo que va a ser el gran problema del mañana. Señores, que ustedes comen gracias a los señores que no entienden ni de sábados ni de domingos, ni de festivos, y que están sacrificados», se lamenta, Manuel. «El futuro de este mercado depende mucho de intentar mantener este tipo de explotación y de intentar internacionalizar los productos que es lo que genera cierta estabilidad», añade Samuel, cuya empresa exporta a numerosos países de Europa y América con un protocolo de importación muy exigente.
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