«Que cada uno fabrique como quiera sus jamones, pero que no utilice un nombre que confunda, porque se pone en riesgo el prestigio y el trabajo de calidad de muchos años de jamoneros». Así justifica Pilar Álvarez, presidenta de consejo regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Jamón de Trevélez, la denuncia que ha presentado su organismo ante las consejería de Agricultura y de Sanidad y Consumo de la Junta de Andalucía contra el distribuidor de jamones ibéricos Comapa, compañía que distribuye los jamones Trevedul y Sierra de la Alpujarra en superficies comerciales como Carrefour, Consum y Ahorramás.
El parecido entre la enseña Trevedul y la marca de garantía Trevélez es evidente, por lo que «queremos que no se engañe al consumidor y que el nombre de la marca Trevedul no se relacione con los jamones de la marca de garantía Trevélez», recalca Álvarez en declaraciones a elEconomista. Lo mismo sucede con Sierra de la Alpujarra y el enclave geográfico en el que se ubican desde hace siglos los jamones de Trevélez.
A grandes rasgos, según argumenta Álvarez, «el jamón de Trevedul es un producto que se puede adquirir en algunos supermercados por 25 o 30 euros, mientras que los de la Indicación Geográfica Protegida de Jamón de Trevélez, de excelente relación calidad-precio, cuestan 70 u 80 euros, según el peso, debido a la calidad del proceso». En opinión de Álvarez, mientras que Trevedul acelera la curación en cámaras y añade conservantes y colorantes, así como todo tipo de trazas, Jamón de Trevélez «es un producto elaborado de manera tradicional en un entorno geográfico delimitado que le confiere unas las características y cualidades que lo hacen único, con curación de entre 14 y 20 meses», indican sus responsables. Los factores de altitud (1.200 metros), temperatura y humedad de la parte alta de la Alpujarra (dentro del Parque Natural de Sierra Nevada) proporcionan al producto unas cualidades alabadas desde tiempos de Isabel II. «Ese prestigio puede desaparecer por culpa de Trevedul, cuya denominación ofrece un parecido evidente con nuestra marca garantizada», apunta Díaz.
No es la primera vez que el consejo regulador de la Denominación de Origen Trevélez acude a la administración autonómica en busca de protección. Algo parecido ya sucedió en 2009, cuando emprendió acciones legales contra Comapa por el uso de la marca Trevedul. En aquella ocasión, la denuncia presentada por la IGP ante la Junta de Andalucía -después derivada a la Comunidad de Madrid-, terminó con una multa de apenas 15.000 euros contra la compañía.
MARCA DE GARANTÍA JAMÓN DE LA ALPUJARRA
El Colectivo de Productores de Jamón amparado por la marca de garantía Jamón de la Alpujarra, denuncia que «en varios establecimientos existen a la venta jamones en pata y lonchados etiquetados con la denominación ‘Sierra Alpujarra’, ‘Sierra Alpujarra Reserva Única’ y ‘Altos de la Alpujarra’, elaborados por la empresa Jamones Oro, de Granada S.L. con el registro sanitario de Otura perteneciente al Grupo Comapa 2001 S.A. y por lo tanto exigimos se emprendan las acciones inspectoras y sancionadoras que procedan para que se elimine del etiquetado de estos jamones la denominación Alpujarra porque no son elaborados en nuestra comarca», denuncia.
El colectivo de productores de Jamón de la Alpujarra pretenden con esta denuncia «salvaguardar el nombre y el prestigio de la marca de garantía, proteger al consumidor frente a la falta de verdad sobre el origen del producto así como al resto de muchos productos autorizados que cumplen los requisitos, frente a la competencia desleal del Grupo Comapa. Nuestro grupo quiere aclarar que no guarda ninguna relación con los diversos incidentes que al respecto llevan apareciendo en los medios de comunicación desde hace varias semanas», aclaró.
Según el Colectivo de Productores de Jamón de la Alpujarra «el etiquetado de los jamones de la empresa ‘Jamones Oro’, de Granada S. L. induce a confusión al consumidor ya que en él se indica Alpujarra sin que el producto haya sido elaborado en dicha comarca. Y buena prueba de ello es que el registro sanitario de su etiquetado es de la localidad de Otura, un pueblo cercano a Granada capital que no se encuentra en la Alpujarra. Esa empresa no cumple con los requisitos definidos y establecidos para el uso de la marca Alpujarra. Esta empresa no ha solicitado autorización para el uso de la marca y no se somete al control del Organismo Independiente acreditado tal y como exige el reglamento de uso y por tanto no está autorizada por el titular de la marca de garantía», aseguró.
Según algunos jamoneros de la Alpujarra, «en la última década, aprovechándose de la fama del jamón de la Alpujarra, han ido apareciendo empresas que utilizan de manera fraudulenta el nombre de la Alpujarra en los jamones, haciendo mucho daño a la imagen del producto, a los productores históricos de la zona y en general a la comarca. Tanto es así que se ha llegado a la situación de que en la actualidad el porcentaje más importante de jamón que se comercializa bajo la marca Alpujarra, no se elabora en esta comarca ni sigue el método tradicional. El Jamón de la Alpujarra se encuentra amparado por la figura de Marca de Garantía», manifestaron.
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