Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña (JARC) considera que el sector está haciendo los deberes y un gran esfuerzo en cuanto a la sostenibilidad ambiental y sanitaria, pero necesita apoyo para seguir mejorando.
La entidad reclama más apoyo por parte de la Administración en cuanto a la reducción de la fuerte carga burocrática, así como, fomentar y potenciar la investigación y asesoramiento en temas sanitarios, a fin de que los productores puedan recuperar la producción normal de sus explotaciones.
Uno de los retos que se le presenta al sector es el de la adecuación de nuestras granjas a las futuras normativas de bienestar animal, que se presentan desde Europa y nacionalmente, y que pueden suponer una reducción del 11% de los ingresos de las explotaciones.
Desde JARC, para evitar esta incertidumbre, han pedido un período transitorio en la aplicación de las normativas para evitar que se solapen y den tiempo a amortizar las inversiones. También han solicitado que, aprovechando la duda que la Comisión Europea tiene en la aplicación de estas normativas y la afectación que puede tener en el sistema alimentario europeo, las granjas existentes no deban cumplir con los requerimientos de la modificación del RD 1135/2002, que implica, bien una reducción de la densidad de la granja o hacer frente a una ampliación.
Cotizaciones récord, pero con una incidencia desigual, como consecuencia de la reducción productiva por efectos sanitarios
2023 nos ha permitido salir de dudas en cuanto a ciertas tendencias de mercado que ya se venían dando durante el año anterior, como por ejemplo, la reducción de las importaciones asiáticas, donde por su volumen destaca China como destino, donde se produjo una caída del 15% de toneladas exportadas en los 3 primeros trimestres del año.
Debido a esta tendencia producida por la recuperación del gigante asiático y los problemas que Alemania ha tenido para mover su producto debido a los focos de Peste Porcina Africana en su territorio, junto a un ligero descenso del censo porcino europea, salvo en España, donde la carne de cerdo ha recuperado cuota en los mercados intra europeos donde aprovechando la desazón de los mataderos por la falta de producto, en una situación de demanda superior a la oferta, se han conseguido unas cotizaciones históricas hasta finales de julio, con también unos pesos de sacrificio altos. Un margen que se trata de una bombona de oxígeno por el sector para poder afrontar los retos futuros.
Unos resultados positivos pese al incremento de los costes de producción, especialmente debido al aumento de precios de la alimentación, que representa aproximadamente el 70% del total de los costes de producción. De hecho en los momentos iniciales del año este coste suponía el 73% de los costes de producción, mientras que a representado el 69% a finales de año.
Referente al resto de gastos que engloba, personal, suministros, energía, administración, seguros, etc. también se ha notado la subida de la inflación, contribuyendo a un aumento global de los costes de producción, y muy especialmente en lo que se refiere al fuerte incremento del seguro de la recogida de animales muertos.
A pesar de mantenerse elevados los costes de producción, inferiores a 2022, las altas cotizaciones producidas por el mercado han permitido obtener un margen anual medio para 2023 de 0,329€/kg vivo, produciéndose un aumento considerable en relación al margen medio anual del 2022, el cual fue de -0,035€/kg vivo.
En cuanto a la desorbitada subida del seguro de recogida de animales muertos experimentada este año 2023, desde JARC continúan esforzándose a través de reuniones con la Administración y las propias empresas aseguradoras, para poder encontrar una solución que sea asumible y viable por el sector.
Más presupuesto para aumentar los controles de PPA y su frecuencia
Anualmente entran en España un gran número de cabezas de cerdo. El año pasado se superaron los 3,2 millones de cerdos importados, la mayoría procedentes de Países Bajos y Bélgica. No es menos significativo el número de camiones con ganado vacuno que entran a través de la Jonquera procedentes de Polonia, República Checa o Bélgica, que son o bien países positivos en PPA, o bien, que no lo son, pero deben atravesar cientos de kilómetros por zonas en las que se ha detectado la enfermedad.
El sector porcino es de vital importancia para mantener gran parte de la estructura agraria, asociado también con la fabricación de piensos, producciones agrícolas o industria cárnica. Por este motivo, JARC advierte desde hace años que hay que intensificar las medidas de bioseguridad para evitar la entrada de la PPA en nuestro territorio y ahora más que nunca a la vista de la expansión de la PPA en Europa.
JARC ha pedido a la administración que incremente el presupuesto de los controles de bienestar animal a 1km de frontera, al menos 5 días a la semana, como medida de detección de animales infectados de esta enfermedad.
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