Según informa ISN esta semana, el cierre de restaurantes y catering comerciales debido al COVID-19 continúa afectando a las industrias de carne de cerdo a través de las fronteras, una pérdida que no puede revertirse por el aumento en las ventas de supermercados. Actualmente, el mercado está sobre abastecido con carne fresca y se está almacenando y congelando gran cantidad de carne en anticipación del empeoramiento de los futuros del mercado.
También hay una creciente oferta de cerdos en la UE que ha reducido los precios del cerdo en un 2,2% en Reino Unido y 17 céntimos en Bélgica. El cierre de la planta de sacrificios Coesfield en Alemania, dirigida por la compañía Westfleisch es preocupante y se ha confirmado que varios empleados están infectados con coronavirus.
Considerando todo esto, los participantes en el mercado de la UE tienen cada vez más esperanzas de que la recuperación esté cerca, particularmente dado que los cierres de plantas de carne en los Estados Unidos podrían crear grandes brechas en el mercado asiatico y podría ser una gran oportunidades. Aunque se espera que la demanda en China siga siendo alta, las ventas de carne de cerdo en los restaurantes han caído y se necesita la reapertura de los restaurantes para mejorar esta situación.
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