Desde el pasado 30 de diciembre, el precio en el mercado francés no ha cambiado y se mantiene igual: 1,201€/kg en canal. La situación es bastante diferente a hace un año, cuando el precio medio era de 1,523€/kg (enero de 2020).
2020 estuvo obviamente marcado por la crisis de salud global relacionada con la Covid-19 que afectó a la producción porcina mundial y francesa (cierre de plantas procesadoras en los EE.UU. o Alemania debido a empleados positivos por Covid, cierre de hostelería durante varios meses, etc.) y todas las partes de la economía en general.
Además, el país vecino, Alemania se ha visto afectado por la llegada de la Peste Porcina Africana el pasado mes de septiembre, lo que lo priva de las exportaciones a China y Asia en general, generando un excedente de carne de cerdo en Europa. Evidentemente, esto provocó una caída de los precios en los diferentes Estados Miembros europeos y también algunos retrasos en las industrias.
Lo más difícil es que durante este mismo período, los precios de los piensos han aumentado tras un repunte agresivo de los precios de los cereales. Actualmente, los precios en Francia rondan los 250€/tn para el trigo, 240€/tn para la cebada y 500€/tn para la soja.
Nuevas leyes
El 29 de enero se promulgó una nueva ley para definir y proteger el patrimonio de la campiña francesa. Esta Ley define los “sonidos y olores” como una característica de las campiñas para que dejen de ser objeto de denuncias, por lo que se espera que a los productores les molesten menos las quejas injustificadas sobre los olores relacionados con los cerdos o el estiércol.
Escasez de mano de obra
La escasez de mano de obra en la agricultura y, en particular, en la producción de cerdos es una de las principales preocupaciones de muchos empleadores, aunque esto no es exclusivo de Francia.
Como ejemplo, un productor nos habla de su angustia. Hace menos de 2 años, compró una granja de reproducción con capacidad para 130 cerdas, quien necesitaba confiar a un empleado, ofreciéndole buenas condiciones de trabajo y salarios. Después de varios meses, ante tanta dificultad para encontrar un empleado calificado y competente, a día de hoy le surge la pregunta de revender.
Otro productor que comenzó su actividad en los años 50, nos cuenta que tras la jubilación de su empleado en la granja, decidió detener la producción porcina, para quedarse solo con la producción agrícola.
La contratación de personal será cada vez más difícil, de ahí la necesidad de que los productores de cerdos puedan tener animales funcionales pero también cerdas fáciles de manejar, que no requieran trabajo adicional.
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