Alemania era el país número uno en producción porcina de Europa, sin embargo, desde hace unos años a sido reemplazado por España. La caída de Alemania como uno de los principales paises productores de cerdos está estrechamente relacionada con las razones de su ascenso.
El cambio histórico de Alemania de ser uno de los principales importadores de carne de cerdo a ser el principal país exportador en menos de 3 décadas ha sido una historia de éxito notable. Sin embargo, a menudo se ha ignorado el trasfondo del éxito económico, ya que dicho ascenso no solo se basó en la producción nacional de cerdos, sino que dependió en gran medida de las importaciones ilimitadas de materias primas para piensos, importaciones de lechones y cerdos de engorde de los Países Bajos y Dinamarca, así como de la posibilidad de vender la carne de cerdo en los mercados internacionales.
Con ese sistema, los productores e industriales del noroeste de Alemania han tenido mucho éxito. Expandieron su producción para obtener ganancias y utilizaron las ganancias para una mayor expansión.
El sistema funcionó perfectamente siempre que se pudiera exportar el excedente de carne de cerdo sobre la demanda interna, pero cuando eso dejó de ser posible, el sistema comenzo con los problemas.
Censo decreciente
En noviembre de 2012, el inventario de cerdos de Alemania alcanzó su nivel más alto, con 28,3 millones de cerdos. En los años siguientes, el inventario rondaba los 27 millones, antes de descender a menos de 26 millones en 2020. Entre 2015 y 2020 se registraron aumentos del censo en España del 12,5%, en EE.UU. del 12,5% y en Dinamarca del 5,4%, mientras que en Alemania el censo disminuyó en casi 1,7 millones de cerdos (-5,9%).

Disminución del sacrificio porcino
La disminución de los sacrificios de cerdos es un 2º indicador de los problemas en la industria porcina alemana. Mientras que en Alemania el número de cerdos sacrificados disminuyó en 4,2 millones (-8,9%) entre 2010 y 2020, creció en 15,6 millones (+38,2%) en España, que encabezó tanto el censo como los sacrificios de la Unión Europea. España se convirtió en el competidor más importante de Alemania en el mercado global y la reducción en el sacrificio de cerdos no solo refleja la dinámica del censo, sino también el cambio drástico en el destino de los cerdos de animales vivos.

Reducción drástica de las importaciones de cerdos vivos
Como se mencionó anteriormente, el éxito pasado de la industria de la carne de cerdo alemana dependió en gran medida de las importaciones de lechones y cerdos. El cierre de grandes mataderos durante la pandemia de la Covid-19 y la prohibición de importación de varios países después de los primeros brotes de Peste Porcina Africana (PPA) en septiembre de 2020 resultó en un exceso de oferta de cerdos para sacrificio y una caída dramática en los precios para los productores.
Ya en 2018, las importaciones se estaban reduciendo debido a que los productores dudaban en colocar lechones debido a los bajos precios de los cerdos. La disminución masiva ocurrió en 2019 y 2020. Las importaciones de cerdos para sacrificio casi colapsaron. En comparación con 2015, se importó un 40% menos; las importaciones de los Países Bajos incluso cayeron más del 60%. El cierre de mataderos y la disminución de la demanda de carne de cerdo debido a varios cierres resultaron en una sobreoferta masiva de cerdos terminados para matadero, reduciendo aún más los precios para los productores y reduciendo las importaciones de lechones. Los precios aún se mantienen bajos, lo que hace peligrar la viabilidad económica de los productores.

Reducción de la producción de carne de cerdo
La disminución en el sacrificio de cerdos no ha hecho que la producción de carne de cerdo disminuyera en un porcentaje similar, la razón es el cierre temporal de los mataderos y los altos pesos de sacrificio de los cerdos cuando los mataderos volvieron a funcionar.
Una comparación con España revela dinámicas completamente diferentes, ya que Alemania superó la producción de carne de cerdo española en 2020 en 78.000 toneladas, pese a su menor sacrifio. Mientras que la producción de carne de cerdo en Alemania se redujo en 366.000 toneladas (-6,7%) entre 2015 y 2020, aumentó en casi 1,7 millones de toneladas (+49,1%) en España.

Disminución de las exportaciones de carne de cerdo
Durante años, EE.UU., Alemania y España se disputaban la primera posición en la producción porcina mundial, sin embargo Alemania perdión su posición de liderazgo en 2017 en favor de España.
Una de las razones del éxito de España es que firmó contratos comerciales con varios países asiáticos en una etapa mucho anterior que Alemania, por lo que se benefició rápidamente del aumento de las importaciones de carne de cerdo de China, al igual que le ocurrió a EE.UU. y Canadá, un mercado que se cerró para Alemania debido a los brotes de PPA.
En 2015, Alemania seguía estancada en las relaciones comerciales tradicionales con otros países miembros de la UE. Entre 2015 y 2020 su participación de las exportaciones a otros países aumentó del 27,3% a tan solo el 37,1%. España en cambio pasó del 29,1% al 60,2% y en 2020 China absorbió 1,3 millones de toneladas (45,1%) de las exportaciones de carne de cerdo de España.

El siguiente gráfico documenta la abrupta caída de Alemania desde la primera posición en 2017 al 3º puesto en 2020. Si bien, fue parte del 16% en el valor de las exportaciones mundiales de carne de cerdo en 2017, la participación fue solo del 12,8% en 2020. Por el contrario, la participación de España aumentó de 13,1% a 17,4% en el mismo período.

Perspectivas
La disminución masiva del censo porcino de Alemania, el sacrificio de cerdos, las importaciones de cerdos vivos, la producción y las exportaciones de carne de cerdo entre 2018 y 2020, revelan de manera impresionante la fragilidad del sistema de producción alemán. Este gran sistema de producción en masa, basado en importaciones de piensos, lechones y cerdos de engorde, solo funcionó mientras fuera posible la exportación excedente sobre la demanda interna, y tan pronto como aparecieron los primeros problemas, todo el sistema entró en dificultades.
Además, las actuales propuestas sobre el bienestar animal y los impactos ambientales de la producción ganadera intensiva se han convertido en grandes desafíos. Incluso en los centros de producción animal se exige una transformación del actual sistema productivo. Eso demuestra que parte de los problemas actuales son nacionales, los cuales, cegados por el éxito económico, las partes interesadas ignoraron durante demasiado tiempo la actitud cambiante de la sociedad con respecto a la producción animal intensiva y el alto consumo de carne, el calentamiento global y el cambio climático.
Dinamarca muestra que es posible otra forma de producción de carne de cerdo, un sistema que con altos estándares en materia de bienestar animal, sostenibilidad y calidad de la carne, no solo es aceptado por la sociedad danesa sino que, al mismo tiempo, tiene éxito en el mercado mundial de la carne de cerdo.
Teniendo en cuenta la disminución del consumo interno per cápita de carne de cerdo, la caída de los volúmenes de exportación y la creciente competencia de los sustitutos de la carne de origen vegetal, se puede esperar una nueva disminución del censo porcino, la producción de carne de cerdo y las exportaciones de Alemania.
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