Fuente: INTERPORC
El coronavirus lo complica todo
Los problemas logísticos de la exportación, a causa de la epidemia de coronavirus en China y Corea del Sur, han presionado sobre los precios europeos de la carne de cerdo europea que, por otra parte, se ha visto confrontada al encarecimiento de su materia prima que es el cerdo. El problema de fondo es el bajo ritmo de descarga de los barcos en los puertos chinos, donde el miedo al coronavirus y a las cuarentenas limita tanto el número de trabajadores portuarios como el de transportistas para sacar esa carne del puerto. Tras el efecto negativo combinado de las vacaciones del Año Nuevo y las restricciones al transporte por el coronavirus, los puertos han vuelto lentamente a la actividad desde el 10 de febrero pero la situación todavía no está normalizada: si no se descargan los barcos, estos no pueden retornar a los puertos europeos y americanos para volver a ser cargados con carne, con lo que, sin faltar demanda (la alimentación y la carne de cerdo es una prioridad para el gobierno chino), faltan contenedores-refrigeradores para cubrir esa demanda.
En España, la estabilidad ha reinado en las cotizaciones durante todo este mes, aunque con puntuales cesiones en algunos productos (jamones, tocino). Ello ha supuesto una constante erosión del margen de los mataderos, ya que no han podido repercutir en sus ventas de carne las subidas que ha registrado el cerdo vivo. En el mercado interior, sigue habiendo problemas para a conseguir precios más altos ante la gran distribución comercial, igual que sucede en toda Europa. En las ventas al resto de la UE, los exportadores españoles han de competir con la necesidad del resto de exportadores europeos que, ya que no pueden exportar con fluidez a China, han de congelar género o vender más en fresco. Las cámaras empiezan a estar llenas y ello fuerza a poner más género a la venta, con lo que el mercado europeo de la carne de cerdo está suficientemente abastecido y no puede mover precios al alza. A finales de mes, el transporte ha empezado también a complicarse en el norte de Italia.
Incertidumbres, riesgos y oportunidades
La expansión del nuevo coronavirus Covid-19 en Asia, primer destino mundial del porcino, y en Europa, primer exportador mundial, está agrandando las dudas que ya planeaban sobre el mercado en el mes de enero. China sigue necesitando importar más porcino, a causa del hundimiento de su cabaña por la PPA y a pesar de que, según su gobierno, ha empezado ya una tímida recuperación. Pero el coronavirus ha introducido un factor inesperado: las trabas al comercio mundial, ya que las medidas para controlar su expansión pasan por las restricciones al movimiento y las cuarentenas. En China, los puertos deberían alcanzar una normalización en sus descargas y arribadas durante el mes de marzo; en caso contrario, el déficit de contenedores se agravará todavía más y puede llevar a sus límites las capacidades de almacenamiento y la operativa de mercado en Europa. El gobierno chino ha fijado la importación de carne de cerdo como su principal prioridad, tras la producción de material médico: la población ha de comer y nadie quiere que a una epidemia se le sume el hambre y una situación socialmente explosiva. Ahora, el comercio hacia Corea del Sur muestra los mismos problemas que en China, mientras que dentro de la UE es todo el norte de Italia lo que está paralizado y ello empieza a afectar a los envíos de jamones españoles y alemanes a este importante destino.
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