La cadena de valor porcina argentina busca implementar, en conjunto con el Gobierno Nacional, un plan para elevar el consumo de esta carne, con el objetivo de llegar a la población con cortes cárnicos a precios accesibles y a través de los supermercados.
En este contexto de cuarentena y complicaciones logísticas, los productores necesitan mover su producción, y según explicaron referentes de ese sector, la estrategia apuntaría a que los consumidores de las grandes áreas metropolitanas accedan a estos «precios acordados».
El consultor Juan Ucelli de BAE Negocios explicó que un plan de estas características representa un doble beneficio para este sector, ya que mientras los productores reactivan el circuito comercial, el público puede acceder a productos como jamón y paleta de cerdos a previos ventajosos con relación a otras carne, que atraviesa un panorama de subido de precios y de disputas en el interior de su cadena comercial.
Ucelli explicó que el sector porcino no estuvo ajeno a los vaivenes que sufrió la actividad agroindustrial durante marzo, que además registró una bajada de comercio típica de ese mes. «Toda la cadena tiene algo que ofrecer, para llegar a un precio razonable a los mostradores», señaló.
Este plan se implementaría a través de supermercados en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba capital, y los cortes cárnicos que se incluirán son la paleta y el jamón, que al tener un rendimiento superior a la carne bovina permitiría abaratar su precio en los mostradores.
La idea es trabajar con una base de 600.000 kilos semanales para estos puntos de venta, y en una segunda etapa trabajar en puntos de venta a designar -por fuera de los supermercados- en el área metropolitana de Buenos Aires. Si este acuerdo muestra resultados favorables, el consultor adelantó que planifican «aumentar no solo la provisión de jamón y paletas, sino de otros cortes cárnicos».
En la actualidad, el consumo anual de carne fresca porcina es de 17kg/habitante y con este plan proponen llegar a los 20 kilos anuales para finales de 2020, que sumados a los 3 kilos anuales por habitantes que se consumen en chacinados posicionaría al sector en 23kg.
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