Es conveniente que Rusia mantenga a largo plazo el embargo a las importaciones agroalimentarias de países occidentales, estima Elena Tiúrina, directora del Instituto de Mercadotecnia Agraria a la que cita Rossiyskaya Gazeta.
Gracias al aumento del número de productores nacionales que compiten entre sí, el mercado ruso de alimentación es cada vez menos vulnerable a las fluctuaciones de las divisas, explica la experta.
Según datos del ente que dirige, las importaciones de porcino y de carne de aves registraron una caída récord en los últimos dos años y actualmente representan solo un 10% del consumo en Rusia.
«El mercado está próximo a saturarse y nuestros productores empiezan a exportar», destaca Tiúrina.
El porcino y la carne de aves de Rusia tendrán una buena demanda en países de África del Norte, Asia y antiguas repúblicas soviéticas, señala.
Pero el sector más beneficiado por las contramedidas es el de la producción hortofrutícola, agrega, ya que las importaciones se desplomaron y aumentó el interés de los inversores nacionales por construir invernaderos.
El pasado día 6 de agosto se cumplieron dos años del embargo alimentario impuesto por Rusia en respuesta a las sanciones occidentales a raíz de la situación en Ucrania.
Según estimaciones el Ministerio ruso de Desarrollo Económico, la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Noruega y Australia ya perdieron exportaciones por 8.600 millones de dólares a raíz de esas restricciones.
En junio pasado, Moscú prolongó el veto hasta el 31 de diciembre de 2017.
http://mundo.sputniknews.com/politica/20160808/1062682358/rusia-embargo.html
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