El municipio de Espeja se encuentra en plena montanera del cerdo, el proceso de cebar al marrano y que cada año es preparado por los ganaderos con cuidado y esmero, al ser la localidad donde más cerdo ibérico hay de toda la provincia. «Tenemos más de 400 hectáreas de monte público», sostienen desde el Consistorio mientras puntualizan: «La zona de la ‘Dehesa Boyal’ es a día de hoy un terreno público arrendado y que sirve para la cría y cebado del animal».
Según el Registro Informativo del Cerdo, perteneciente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en el primer trimestre de este año el censo de cerdo ibérico de Espeja ascendía a los 3.165 ejemplares relativos a la anterior montanera. En el pueblo hay un gran porcentaje de vecinos que tiene por lo menos un par de cerdos en casa, los alimentan con las bellotas que se encuentran en los caminos y van después para la matanza particular», afirma Juan Francisco Méndez, peguero y propietario además de la finca ‘La Aldehuela’, donde en este momento se encarga de la montanera de parte de sus casi 250 cerdos. «Cada dos días aproximadamente hay que cambiar a los animales de cercado, hay todavía bellotas verdes pero en dos semanas se calcula que ya estarán listas para que las coman los animales. La montanera durará seguramente hasta finales de año», aclara sobre el cebo de sus ibéricos, mientras afirma que no existe preocupación sobre las consecuencias que puedan dejar las lluvias y heladas en el fruto de las encinas.
Este último testimonio se corresponde con el de Ramón Pérez, encargado desde hace años en la finca de ‘Valdillera’, quien apunta: «Hay encinas todavía con pocas bellotas verdes y si hiela, el frío puede estropearlas pero de todas formas no tenemos miedo porque la montanera de este año es muy buena en comparación con ediciones anteriores».
Ramón cuida de casi trescientos cerdos en las fincas de ‘Valdillera’, ‘El Alcornocal’ y parte de ‘Valdelagua’, un entorno privilegiado para el marrano ibérico. En este sentido, afirma que «también tenemos en esta época del año a las cerdas, recién paridas, con los lechones pequeños, en Espeja hay pocos vecinos que se dediquen por completo a la cría y cuidado del cerdo ibérico, aunque haya muchos particulares que sí tengan un marrano en casa». Y es que la venta y exportación del ibérico tiene como referente a Espeja desde que comienza la montanera. «Hay empresas de Guijuelo que contratan terrenos en el pueblo para cebar aquí los marranos con nuestras bellotas», sostiene Juan Francisco Méndez, mientras aclara: «No hay que olvidar que casi todos los ejemplares son vendidos a Guijuelo al acabar el año».
Fuente: Gaceta de Salamanca
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