Las exportaciones rusas de carne de cerdo (incluidos los despojos) han seguido funcionando bien en lo que va de año, lo que refleja el crecimiento de la producción. Las exportaciones rusas entre enero y agosto de este año se totalizaron en 143.300 toneladas, un 80% más que en el mismo período del año anterior. Rusia ha obtenido acceso a varios mercados de exportación en los últimos años, incluidos Mongolia, Hong Kong y Vietnam, mientras que las negociaciones con China aún están en curso. La Unión Rusa de Productores de Cerdo (RUPP) sugiere que las exportaciones de carne de cerdo podrían superar las 200.000 toneladas para finales de año, lo que, de concretarse, elevaría los volúmenes un 45% durante en el total de año.
El aumento de las exportaciones refleja un crecimiento significativo en la producción nacional del país. En lo que va de año hasta septiembre, la producción de carne de cerdo rusa se totalizó en 3,55 millones de toneladas, un 12% más que en el mismo período del año anterior, según Rosstat.
Los precios no han sido particularmente fuertes este año. En la semana que finalizó el 4 de noviembre, los cerdos de peso vivo promediaron 97,80 Rublos/kg, un 4% por debajo del mismo punto del año anterior. Los informes sugieren que los minoristas están aumentando la proporción de carne de cerdo fresca y refrigerada para reducir los costes adicionales asociados con el manejo de la carne de cerdo congelada. Esto ha permitido que bajen los precios al consumidor de la carne de cerdo y de pollo, y en algunos casos la carne de cerdo tiene un precio aún inferior a la del pollo.
La Peste Porcina Africana (PPA) es una amenaza constante para el censo porcino ruso, así como una barrera para la apertura de nuevos mercados de exportación. Los informes sugieren que la enfermedad se encuentra principalmente en la población de cerdos salvajes. Sin embargo, a finales de octubre, se identificaron rastros de PPA en productos porcinos en varias regiones de Rusia. Si bien no es dañino para los humanos, los rastros genéticos del virus son altamente contagiosos entre los cerdos. Como tal, la enfermedad sigue siendo un riesgo continuo para el sector porcino ruso.
Los informes indican que algunas regiones de Rusia han estado entregando lechones a la población para mitigar los impactos negativos de la Covid-19. Las tasas de desempleo se han disparado como resultado de la pandemia. Como tal, los ciudadanos de ciertas regiones son elegibles para 2 lechones por persona, como un medio de apoyo financiero y nutricional del estado ruso.
Esto podría conducir potencialmente a un resurgimiento de la producción doméstica, que ha estado en declive en las últimas 2 décadas. Además, también existe preocupación por la bioseguridad, en particular con la posible transmisión de la PPA a las poblaciones de cerdos domésticos. Las consecuencias de esta política quedan por verse. Los precios bajos y algunas restricciones regionales de bioseguridad aún podrían mitigar cualquier potencial de crecimiento del sector informal.