Japón es una isla diminuta y como consecuencia tiene una disponibilidad limitada de tierra. Un total de 127 millones de personas viven en 380.000 km2. Aún así, Japón tiene actualmente 9,5 millones de cerdos y 850.000 reproductoras.
Los japoneses consumen tradicionalmente mucho pescado; sin embargo, está disminuyendo año tras año. En cambio, el consumo de proteína animal (excepto la carne de vacuno) está aumentando (Figura 1). Se prefiere la carne de cerdo y es una parte importante de la dieta de los consumidores japoneses, pero la proporción de autosuficiencia de la carne de cerdo es solo de alrededor del 50% (Figura 2). Otro aspecto a destacar es la consolidación de la industria japonesa. La Figura 3 muestra claramente que la producción porcina japonesa se ha estado (y seguirá) consolidándose, como está sucediendo en la UE y los EE.UU.
Todas estas tendencias crean más oportunidades para aquellos que estén dispuestos a expandir y adaptar nuevos modelos comerciales en la industria porcina japonesa en el futuro.
Fortalezas y debilidades en Japón
La producción de carne de cerdo en Japón es muy rentable. La rentabilidad también es bastante sostenible (Figura 4). Los costos de producción (piensos, mano de obra, procesamiento de estiércol, etc.) son altos en Japón (casi todos los cereales para piensos son importados); sin embargo, la ventaja de un alto precio de la carne de cerdo supera esa desventaja. El valor de la carne de cerdo en Japón sigue siendo uno de los más altos del mundo.
Además, no se sabe comúnmente que la producción porcina japonesa tiene la suerte de tener un bajo costo de capital. La tasa de interés sobre el capital prestado es extremadamente baja (0,25-0,3%), lo que significa que los inversores en el negocio de la producción porcina tienen un riesgo muy bajo de escasez de efectivo.
Sin embargo, existe un desafío para la expansión de la capacidad de procesamiento de estiércol y sus costes.
Salud en la producción porcina japonesa
Japón está libre de Peste Porcina Africana (PPA) y fiebre aftosa. El síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS) y la diarrea epidémica porcina en determinadas regiones son las enfermedades económicamente más importantes. Es obvio que permanecer libre y controlar estas enfermedades es esencial para que los productores de cerdos mantengan y maximicen su alta rentabilidad. Los productores de cerdos en Japón están reconociendo y solicitando un nivel avanzado y estándar mundial de servicios veterinarios que incluyen, por ejemplo, gestión de datos de producción, control sanitario, bioseguridad y análisis financiero.
Con todo, esto crea una gran oportunidad para el crecimiento de los veterinarios de cerdos japoneses. No solo los productores, sino también los veterinarios deberán adaptar y desarrollar nuevos modelos comerciales en la industria.
Brote de PPC confirmado en una granja de cerdos en el este de Japón
El Ministerio de Agricultura de Japón comunicó el pasado sábado la confirmación de un brote por Peste Porcina Clásica (PPA) en una granja de cerdos en la ciudad de Takasaki, en la prefectura de Gunma, lo que marca el primer brote de esta enfermedad entre los cerdos de granja en el país en aproximadamente medio año.
Es el primer caso de PPC en una granja de cerdos en la prefectura del este de Japón desde que se confirmó el primer brote en Japón en 26 años en 2018. El Gobierno de la prefectura de Gunma sacrificará la totalidad de unos 5.400 cerdos en la granja de acuerdo con la ley.
En la prefectura, la vacunación comenzó para los cerdos de granja en octubre del año pasado, tras el descubrimiento de un jabalí infectado con PPC. Pero los animales que se encontraron con la enfermedad en la granja afectada, todos lechones, aún no habían sido vacunados.
A principios de este mes, los lechones en la granja de Takasaki comenzaron a morir después de sufrir diarrea, y el número de muertes ha llegado a unos 200, según el Gobierno de la prefectura. La prefectura realizó pruebas en cerdos en la granja siguiendo un informe de su operador el viernes, y se confirmó la infección en 3 lechones aproximadamente 70 días después del nacimiento.
Los cerdos reciben vacunas cuando desaparecen los anticuerpos que reciben de sus madres. Los 3 lechones muertos estaban cubiertos por el programa, pero aún no habían sido vacunados porque mostraban síntomas de diarrea, según la prefectura.
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