Una parcela municipal de casi siete hectáreas dedicada a labores de regadío y ubicada en el paraje La Judía de Saucedilla acogerá los ensayos que llevará a cabo el Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales El Serranillo (ubicado en Guadalajara y gestionado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) en colaboración con la Mancomunidad Integral Campo Arañuelo para el cultivo intensivo de bellotas, que vendría a multiplicar por 40 la actual producción de la dehesa.

Del ofrecimiento del Ayuntamiento de Saucedilla y el porqué de su elección (seis municipios de la comarca ofrecen terrenos) daba cuenta el presidente de la Mancomunidad, David González, quien mantiene contacto permanente con Juan Luis Peñuelas, director de El Serranillo. «Se ha elegido esta porque se trata de una sola unidad, es grande, mientras que en otros casos son más pequeñas o habría que hacerlo en varias. Además cuenta con toda la infraestructura de regadío y demás, así como agua más que suficiente, etcétera», manifiesta satisfecho.

No obstante, la cesión -en principio por un periodo de cinco años al final de los cuales se prorrogará tácitamente por la misma duración- debe plasmarse en papel a través de sendos convenios, uno entre el Ayuntamiento y la Mancomunidad y otro entre el mismo Ayuntamiento y el Ministerio, que posteriormente deberán pasar por el pleno municipal y aprobarse, eso sí, por unanimidad. No sirve la mayoría, por lo que el voto negativo de uno solo de los concejales daría al traste con la cesión. De ahí el llamamiento que hacía el propio González, instando a los concejales a que voten con responsabilidad olvidando posibles rencillas o enfrentamientos políticos, máxime al tratarse de un proyecto de interés general.

De hecho este interés queda reflejado en ambos convenios, donde se subraya «el alto interés que para la sociedad rural en general tiene la innovación tecnológica y dentro de ella aquella relacionada con nuevos cultivos con potencial generador de riqueza así como la formación y preparación de los profesionales agrarios en nuevas tecnologías y cultivos». De igual forma inciden en que las dos líneas dedicadas al desarrollo rural a través de especies forestales que tienen en marcha El Serranillo «pueden tener a medio plazo una fuerte incidencia en la renta agraria de Extremadura y especialmente en el territorio de la Mancomunidad Integral Campo Arañuelo, donde coexisten municipios netamente forestales con otros de suelos llanos y fértiles en la vega del Tiétar, donde pueden ensayarse nuevos cultivos».

Este año

El objetivo es que los convenios queden aprobados por unanimidad a la mayor brevedad posible para que este mismo año puedan iniciarse los trabajos de preparación de las instalaciones, iniciando las plantaciones en noviembre.

De igual forma en ambos acuerdos se recoge que aunque la parcela tenga en un principio la consideración de experimental, se convertirá en la medida de lo posible en una parcela formativa y demostrativa sobre los nuevos cultivos. «Los destinatarios de la formación y demostración serán preferiblemente agricultores o industriales libremente elegidos por El Serranillo, la Mancomunidad y el Ayuntamiento», con un programa formativo y de actividades que será establecido de forma conjunta por las tres entidades.

Primeros resultados

Según los primeros resultados que arrojan los ensayos que en menor medida ya se han llevado a cabo en El Serranillo, la producción media por árbol de la dehesa podría pasar de 250 kilos anuales de bellota por hectárea a 10.000, o lo que es lo mismo, multiplicar por 40 la producción.

Tanto desde el Ministerio como desde la Mancomunidad se insiste en que se trata del inicio de una experiencia pionera a nivel mundial. «Tenemos la necesidad de experimentar en parcelas públicas de características climáticas adecuadas, y qué mejor lugar que Extremadura para ver cómo se desarrollan y testar variables agronómicas de cultivo intensivo: riego, fertilización, marcos, etcétera», afirma Peñuelas. «Podríamos alcanzar hasta los 10.000 kilos de producción anual en estas plantaciones, con una cierta garantía de producción, sin el riesgo de la vecería (alternancia de años con mucha cosecha y otros con escasa) que presenta la encina y el alcornoque», subraya.

El director de El Serranillo explica que hasta ahora los árboles productores de bellotas (encinas, alcornoques…) están considerados como árboles formadores de naturaleza a los que tradicionalmente el hombre apenas ha manipulado. «La idea es que estas mismas especies sean además árboles productores, como ya lo son el olivo, el almendro o el castaño», asevera.

Tal cambio de concepción supondría la puesta en marcha de explotaciones milimétricamente reguladas, con una plantación planificada para en pocos años obtener ejemplares adultos capaces de dar frutos (como ya se hace con el olivar), con sus sistemas de riego, fertilizantes… «Si tenemos la posibilidad…, ¿por qué no vamos a producir la bellota fuera de la dehesa, con individuos seleccionados, en plantaciones intensivas, y luego echar este fruto en la dehesa cuando se necesite para alimentar a los animales?», afirman tanto Peñuelas como González.

Fuente: Hoy

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