Fuente: INTERPORC
Nervios en Europa…
Los intentos por aportar calma al mercado intracomunitario en marzo han dejado paso en abril a una situación más tensa, ampliando los descensos del precio del cerdo en todos los países. Las medidas para prevenir la propagación del coronavirus (distancia entre trabajadores), junto con una mayor tasa de bajas laborales (aunque bastante limitada), han llevado a ponerle límites a la capacidad de matanza y a forzar una lenta, pero progresiva ralentización de las cadencias de matanza en todas las plantas europeas. Además, el paralelo desplome de los precios de la carne, lento en la primera mitad de mes y acelerado en la segunda, ha desincentivado también el interés del matadero por sacrificar más cerdos cuando el destino de su carne es el competido mercado exterior (América muy barata), el limitado mercado europeo (cierre de la restauración) o, en fin, la congelación (a precios todavía altos). Todo ello ha movido los precios del cerdo a la baja de forma clara en este mes de abril, con descenso en torno al -8% en los principales países productores. Las únicas excepciones han sido el Reino Unido (+0,8%), que pugna por mantenerse ajeno a lo que suceda en el continente (y en el mundo) e Italia (-16,6%), donde el mercado porcino está totalmente hundido por la pandemia de coronavirus. Las bajas por la enfermedad y los problemas de la carne (sobre todo de los jamones frescos, que no tienen comprador por falta de espacio físico para poder ser almacenados) han llevado a una caída del 20% al 30% en su matanza, lo que se traduce en pesos récord y muchos retrasos en granja.
En España, la cotización ha cedido un -8% durante el mes de abril, con un mercado del vivo relativamente equilibrado gracias a que la cadena de producción ha mantenido bien sus ritmos (teniendo en cuenta la situación sanitaria crítica). Sin embargo, la acumulación de festivos (Pascua y Primero de Mayo) ha roto esa fluidez, igual que ha sucedido en toda Europa: esto es normal y otro año no hubiera ido a más, pero este año, con los problemas e incertidumbres provocados por el coronavirus, esta pérdida de días de matanza y los retrasos consiguientes en las salidas de granja ha presionado con fuerza sobre todos los mercados, que ya venían además con un retroceso de la demanda global.
En Alemania, el descenso del precio ha sido del -7%, mientras que en Dinamarca y Francia se ha ido al -8%. En todos los países el comentario es el mismo: ralentización de la matanza, falta de impulsos en la exportación e imposibilidad de que el consumo en los hogares compensa la pérdida de consumo en el canal HORECA. Esto provoca que, aunque la oferta de cerdos sea similar al año pasado e incluso claramente inferior (Alemania), esta disponibilidad supere a la demanda y cubra sin problemas las necesidades de los mataderos.
… Y caos en América
En América, al cierre de los restaurantes (cuya demanda es muy importante para piezas como la panceta), se le ha unido una fuerte afección del coronavirus en las plantillas de los mataderos de Estados Unidos, que ha llevado al cierre de numerosas plantas y a la ralentización general de la actividad en el resto. Ello ha provocado unos retrasos impensables en las ventas de cerdos (en la última semana de abril, la matanza bajó en 800.000 respecto a un año atrás: -30%) y ha hundido el precio del cerdo. Los ganaderos están llevado a cabo, en algunos estados, eutanasias de cerdos, ante la incapacidad de que sean sacrificados en matadero, y, en todo el país, se está acelerando la matanza de cerdas. En Canadá también ha habido cierre de mataderos por la pandemia, pero la situación parece más controlada que en su país vecino.
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