La seca de la encina amenaza a la dehesa con la muerte de miles de árboles al año. La comunidad científica busca cómo hacer frente a esta enfermedad que pone en peligro este ecosistema que alberga la producción de cerdo ibérico y que es representativo de amplias áreas del territorio.
Para abordar esta problemática, la investigadora de la Unidad de Excelencia María de Maeztu del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) María Socorro Serrano va a investigar cómo usar compuestos extraídos de los residuos de la actividad agrícola que puedan actuar contra el patógeno que provoca la seca de la encina (Phytophthora cinnamomi). De esta manera, se estarían solucionando dos problemas a la vez: la muerte de la arboleda de la dehesa que provoca este patógeno y la revalorización de los residuos agrícolas cuya gestión normalmente implica un gasto extra para la comunidad agrícola.
Esta es la premisa del proyecto “La economía circular de nuestros residuos agrícolas como alternativa contra la seca de la encina” de María Socorro Serrano.
Durante un periodo de entre 12 y 18 meses, la investigadora estudiará los compuestos que tengan un efecto frente al patógeno que está matando a las encinas provenientes de residuos agrícolas de cultivos muy extendidos en Andalucía como son el olivar, el mango, el aguacate, el chirimoyo o el espárrago. “El proyecto lo que busca es que la agricultura sirva también como solución para la propia agricultura usando la bioeconomía circular” señala la investigadora.
El primer paso de este proyecto será caracterizar los diferentes compuestos de los residuos agrícolas y comprobar en laboratorio cómo actúan frente al patógeno, para así calcular cuáles son las dosis necesarias. Una vez caracterizados, se aplicarán a plantas infectadas con Phytophthora en laboratorio para comprobar que estos compuestos no son tóxicos para la planta.
Prevén que el proyecto en un futuro, podría ir más allá y ser comprobada en campo “para desarrollar los productos que mejor funcionen en campo y que sean más fáciles de usar para la comunidad agrícola” explica la investigadora que, actualmente, trabaja en el desarrollo de métodos de control biológico frente a patógenos que afectan a cultivos.
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