Según datos de la FAO, Japón ocupa el puesto 10º en el ranking mundial de productores de carne de porcino. La producción, en concordancia con años anteriores, ha alcanzado una cifra de aproximadamente 900.000 toneladas anuales, según datos de los Ministerios de Agricultura (MAFF) y de Finanzas (MOF). No obstante, Japón es el 2º mayor importador de carne de cerdo a nivel mundial, únicamente por detrás de China, y el 7º en lo que a embutidos de cerdo se refiere; esta demanda implica que la producción nipona no basta para cubrir la demanda nacional. Es por ello por lo que, a lo largo del año 2020, Japón importó 923.835 toneladas de carne de porcino (un 7,4% menos que en el año 2019, en parte debido a la situación excepcional de pandemia global), por un valor de 496.109 millones de JPY (unos 4.070 millones de €).
La carne de porcino es uno de los productos agrícolas y ganaderos más importados en el país nipón. Esto se debe a que Japón es uno de los países desarrollados con mayor dependencia alimentaria, lo que lo convierte en un mercado estratégico.
El mercado de la carne porcina en Japón es especialmente relevante para España: Japón es actualmente el 3º país del mundo al que España exporta más carne de porcino en términos de valor, solo superado por China y Francia, en 1º y 2º puesto respectivamente. En torno al 60% de las exportaciones agroalimentarias a Japón pertenecen a productos de carne de porcino, situándola como el principal producto de las exportaciones españolas a Japón.
España, 3º mayor exportador de carne de porcino a Japón por valor y 4º por volumen, ha alcanzado en 2020, según datos de las aduanas japonesas, las 103.643 toneladas y los 56.353 millones de JPY (unos 462 millones de €); estas cifras implican un incremento en el valor exportado del 20,6% en los últimos 4 años.
Con un 11,6% de las exportaciones globales, España se posiciona en 2020, por 3º año consecutivo, como primer exportador europeo, solo superado por EE.UU. y Canadá a nivel mundial. Esta mejora ha sido posible gracias al reconocimiento de los profesionales del sector de los beneficios y la calidad del producto español.
Si se atiende a las importaciones llevadas a cabo por parte de Japón según su tipología, en 2020 el 51,5% de las mismas fueron de carne congelada, frente al 45% de carne fresca o refrigerada, el 3,2% de preparaciones de carne y el 0,3% de jamón curado. En el caso español, el 97,9% del valor de nuestras exportaciones de carne de porcino fueron de carne congelada. Únicamente un 1,75% fue de jamón curado, unas 0,3% preparaciones de carne y apenas un 0,03% de carne fresca o refrigerada. La lejanía geográfica es la principal razón de las bajas cifras de exportación española de carne fresca o refrigerada, limitada a productos de alta gama que pueden transportarse vía aérea y competir con los países del continente americano.
Respecto al producto curado, España se sitúa como el 2º mayor exportador tras Italia. Nuestro país se mantiene en 2020 como país líder en la exportación de jamón sin deshuesar, con 272 toneladas por 353 millones de JPY (unos 2,9 millones de €). En el caso del jamón deshuesado, España mantiene la s2º posición de exportación (447 toneladas y 725 millones de JPY, unos 5,9 millones de €), siendo el 1º país Italia. La mayor parte de la demanda japonesa de jamón español es de jamón serrano, mientras que el cerdo ibérico goza de una posición más modesta.
Las exportaciones españolas de preparaciones de carne a Japón son de carácter residual, situándose como el 8º mayor exportador en 2020. Las cifras de exportación alcanzan las 118 toneladas y los 186 millones de JPY (unos 1,5 millones de €).
La entrada en vigor en febrero de 2019 del Acuerdo de Asociación Económica entre la Unión Europea y Japón, y la consecuente reducción de aranceles que produjo, contribuyó a que el volumen de las exportaciones españolas a Japón siguiese aumentando, y permitió la protección en el mercado japonés de 3 denominaciones de origen españolas. En este último año las importaciones de productos cárnicos de cerdo en su conjunto han disminuido ligeramente debido, en gran parte, al cierre temporal de los restaurantes durante la pandemia global. A pesar de ello, se debe destacar la tendencia creciente del mercado en los años anteriores a la situación excepcional de pandemia, que indica un sector fuerte con expectativas positivas.
En términos de demanda, Japón es el sexto mayor mercado de carne de porcino por volumen, solo superado por China, EE. UU., Alemania, Rusia y Brasil. El consumo de carne en el país ha experimentado en los últimos años un progresivo aumento, en paralelo a la creciente influencia de la cocina occidental y la disminución del consumo de pescado. En la actualidad, el consumo y gasto per cápita de carne de porcino presenta una tendencia en aumento.
El mercado japonés valora la frescura del producto, y los consumidores aprecian la carne refrigerada para su consumo directo. El producto español no se encuentra en condiciones de competir, por lejanía geográfica, con los productos americanos en esta categoría. Mientras que la venta de carne refrigerada se realiza en supermercados, el producto congelado se destina, esencialmente, a su procesamiento para la elaboración de productos cárnicos (baicon, «ham» cocido, etc.), como ingrediente en cajas de bento y al canal de restauración.
La demanda principal de jamón español se realiza en el consumo fuera del hogar a través del canal Horeca, principalmente en restaurantes españoles, aunque la compra en supermercados se encuentra en aumento. La venta en supermercados de jamón ibérico se lleva a cabo exclusivamente en tiendas de alta categoría, mientras que el jamón serrano sí puede encontrarse en cadenas de supermercados. El formato disponible de este producto es exclusivamente en lonchas, mientras que la venta de patas de jamón se localiza en el canal Horeca. El consumo de este tipo de productos se limita a ocasiones especiales, al no formar parte de la dieta japonesa.
En términos generales los consumidores japoneses no poseen una imagen consolidada de la carne de cerdo procedente del exterior. La única excepción se encuentra en unos pocos productos de alta gama como el prosciutto italiano o el jamón ibérico. La razón fundamental de ello es que la mayor parte de las importaciones se clasifican como producto congelado y son dirigidas o bien al sector industrial o bien al canal Horeca, donde en muchos casos no se hace mención al origen español de la carne.
En el caso del jamón ibérico, producto estrella de España, este es visto como un producto gourmet, limitado a sectores reducidos de la población que buscan la calidad y exclusividad de su sabor y que están dispuestos a pagar un precio alto por ello. Uno de los principales problemas para aumentar la expansión de la imagen del cerdo ibérico se encuentra en su complejidad: los productos de carne ibérica cuentan con un excesivo fraccionamiento de gamas, de difícil comprensión para el consumidor japonés medio, por lo que el precio suele situarse como un factor decisivo a la hora de seleccionar un producto. Con ello, muchos consumidores se inclinan por el consumo de jamón serrano o incluso el producto local, debido a su menor precio.
El mercado de la carne de porcino en Japón se encuentra en fase de madurez, y todavía muestra cifras de crecimiento positivas.
Factores como el envejecimiento de la población, la inserción de la mujer en el mercado laboral, la concentración de la población en áreas metropolitanas, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, el auge de la comida sana en formato bento y el creciente interés entre los consumidores japoneses por la cultura gastronómica española, ofrecen numerosas oportunidades a tener en consideración. En conclusión, el mercado de la carne de porcino en Japón presenta numerosas posibilidades de introducción o expansión para la empresa española.
Puede descargar el informe completo en la siguiente dirección: www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/todos-nuestros-servicios/informacion-de-mercados/estudios-de-mercados-y-otros-documentos-de-comercio-exterior/estudio-mercado-carne-porcino-japon-2021-doc2021875044.html
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