En las últimas semanas, los graves efectos de la peste porcina africana en China se han hecho evidentes.
El Ministerio de Agricultura de China anunció una disminución del 18% en el número de cerdos en el mes febrero en comparación con el año anterior. Las expectativas para los niveles de producción de este año han disminuido. La creciente demanda de importaciones impulsó los precios de los cerdos en la UE y los Estados Unidos.
En enero, el rango medio de previsiones del USDA, GIRA y Rabobank fue de una disminución del 5% en la producción de carne de cerdo china en 2019. Sin embargo, las estimaciones ahora varían desde una disminución del 10% (USDA) hasta una disminución del 35% (Rabobank). Un descenso del 20%, previsto por GIRA, o alrededor de 10 millones de toneladas, es aproximadamente igual a la producción anual de los Estados Unidos.
Esto refuerza la expectativa de que habrá una importante demanda de importaciones de China este año. Antes, se estimaba que se podrían movilizar alrededor de 3 millones de toneladas. GIRA está de acuerdo con esto y anticipa que los niveles de importación de 2021 podrían ser aún mayores, alcanzando los 4 millones de toneladas. Esto refleja informes que indican que la enfermedad no ha sido controlada. Según informan, los productores también son cautelosos de la repoblación, lo que está prolongando aún más la crisis.
Las importaciones probablemente no podrán compensar el déficit en la producción. Por lo tanto, parece que el consumo de carne de cerdo per cápita puede disminuir en China. Los precios no pueden subir indefinidamente, y esto puede eventualmente limitar el impulso de importación. Es probable que aumente el cambio a carnes alternativas como el pollo. Existe el riesgo de que algún cambio fuera del consumo de carne de cerdo se convierta en permanente, lo que puede ser una preocupación en los próximos años.
A largo plazo, la PPA también forzará una reestructuración significativa de la industria porcina china. La producción moderna e intensiva probablemente desplazará a las granjas que no pueden pagar una buena bioseguridad a un ritmo aún más rápido. Esto puede ayudar a que la industria se acerque más a la autosuficiencia en la próxima década. Entonces, si bien las oportunidades para los exportadores se ven bien a corto plazo, a medio o largo plazo pueden no ser sostenibles.
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