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El mercado español se mantiene equilibrado, con una demanda sostenida por parte de los mataderos, que operan a plena capacidad. La reducción de los pesos limita la presión a la baja en los precios, mientras que el contexto europeo impide un aumento significativo. El peso del cerdo en canal ha disminuido en el mercado español en 0,655kg, habiendo 2 interpretaciones para ello: para los mataderos, el peso sigue estando en un nivel récord; y para los ganaderos, la sostenida demanda obliga a anticipar los sacrificios, limitando la disponibilidad de animales. La importación de lechones, especialmente desde Países Bajos y Bélgica, ha alcanzado un nivel sin precedentes, superando a Alemania. Las exportaciones de carne se benefician de una fuerte demanda de Corea del Sur por pancetas, aunque China no será un mercado clave para la carne este año. Cualquier aumento de precios solo se sentirá dentro de varias semanas.
El mercado alemán sigue marcado por una demanda tranquila y un aumento de los sacrificios, aunque a un ritmo moderado. Los pesos siguen siendo elevados, mientras que los retrasos en los sacrificios disminuyen lentamente. Las exportaciones siguen afectadas debido a la detección de casos de fiebre aftosa en el territorio alemán, aunque no se han reportado nuevas alertas. La reducción de la capacidad de sacrificio, especialmente por la falta de mano de obra, continúa afectando al sector. Como telón de fondo, la reestructuración de los flujos comerciales de Alemania, que busca dar salida a precios muy bajos tanto a su excedente actual de cerdos como a su futura producción de carne. La venta dentro de la UE de productos alemanes estará limitada, ya que pocos quieren productos procesados con carne alemana, aunque siempre hay compradores dispuestos si el precio es lo suficientemente bajo. Los alemanes están cerrando contratos a 3 meses para vender su carne a precios comparativamente bajos y garantizar así su salida al mercado intracomunitario mientras dure la restricción a su exportación fuera de la UE. El problema para los españoles es que la carne alemana les hace perder oportunidades, pero al mismo tiempo surgen oportunidades para cubrir la ausencia alemana en mercados como el Reino Unido, Corea del Sur o Vietnam.
En Francia, la tendencia no ha cambiado en esta última semana de enero. Cabe destacar que a diferencia de otros mercados europeos, el precio en Francia se ha mantenido firme desde el fin de las festividades y a pesar de los temores de crisis de sanidad animal. El primer indicador de esta dinámica es el volumen de sacrificio, que se ha mantenido alto durante todo el mes de enero. El segundo indicador es el retorno a pesos menos elevados, que han disminuido rápidamente, lo que demuestra una gestión eficiente de los retrasos en los sacrificios este año.
En Bélgica, el precio del cerdo se mantuvo sin cambios la semana pasada, sin variaciones notables en el mercado interno. Sin embargo, la reducción de los pesos sugiere un comercio más fluido.
En Italia, el mercado italiano muestra signos de reequilibrio, respaldado por un aumento en la transformación y la demanda. No obstante, el incremento en la oferta de cerdos vuelve a ejercer presión a la baja sobre los precios.
Estados Unidos atraviesa un período relativamente estable. Tras una leve caída en el precio promedio, parece retomar una tendencia alcista, aunque mínima.
Mientras, en China, las festividades ha provocado una disminución en la actividad y dificultades de abastecimiento para los mataderos. Se espera una reactivación de la producción y el trabajo después de este periodo, lo que podría generar fluctuaciones en los precios del cerdo, aunque su tendencia aún es incierta.
Cereales
En las últimas 2 semanas, el mercado de cereales ha experimentado una gran volatilidad, con fluctuaciones abruptas en los precios tanto al alza como a la baja. La falta de una referencia clara en los mercados genera incertidumbre, manejando un rango de valores variables.
En los puertos, la disponibilidad de mercancías depende en gran medida de la interconexión entre grandes empresas, lo que genera riesgos de complicaciones ante cualquier retraso. En el ámbito agrícola, los productores aprovechan cuando los precios bajan, pero se muestran más reticentes cuando estos suben.
Por otro lado, los fabricantes mantienen una política de compra ajustada a la demanda. No buscan adquirir productos de forma proactiva, pero si reciben una oferta, terminan comprando. En cuanto a la logística, han surgido inquietudes sobre la llegada de embarques de trigo y posibles retrasos en la entrega de maíz.
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